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La hora de las reformas

Corbacho plantea el debate sobre el plazo de cómputo de la pensión

El ministro de Trabajo dice que su propuesta al Pacto de Toledo no supone una ampliación, pero que debe ser objeto de reflexión y discusión

El ministro de Trabajo, Celestino Corbacho, presentó ayer a la comisión de seguimiento del Pacto de Toledo la propuesta del Gobierno de reforma de las pensiones. Corbacho defendió el retraso de la edad legal de jubilación a los 67 años. Sin embargo, en el otro aspecto polémico de la reforma, la ampliación del periodo de cálculo para el cómputo de la pensión, prefirió no mojarse y se refugió en la vaguedad con que dicha cuestión se plantea en el documento del Gobierno, invitando a abrir el debate sobre el tema pero sin fijar su posición.

No habló directamente de alargar el periodo, pero recurrió al eufemismo habitual: "Evitar que el procedimiento de cálculo de la pensión de jubilación penalice a los trabajadores que son despedidos al final de su vida laboral".

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En la réplica a los grupos parlamentarios afirmó que el Ejecutivo no ha puesto ninguna propuesta concreta sobre la mesa, pero con la misma contundencia invitó a los grupos parlamentarios a abrir ese melón: "El Gobierno tampoco que hay que ampliar el periodo de cálculo: son 15 años y no hay propuesta de modificación. Pero si me preguntan si se deben debatir estos conceptos, yo creo que sí. En este país, una persona que pierda su empleo pasados los 50 años y pase a cobrar subsidio tendrá una pensión mínima, por mucho que haya cotizado". La postura de Corbacho es la que se mantiene en el documento enviado al Congreso y en la versión final del Plan de Estabilidad remitida a Bruselas.

Visto el rechazo y la intranquilidad social que ha generado la propuesta de retrasar la edad de jubilación de 65 a 67 años, Celestino Corbacho acudió ayer al Congreso con la intención de calmar las aguas. No en vano el Ejecutivo se enfrentará hoy a las primeras movilizaciones sindicales tras casi seis años en el poder. El titular de Trabajo tenía que defender ante la Comisión del Pacto de Toledo el documento que contiene esa propuesta. "Sería irresponsable no poner sobre la mesa el debate sobre la edad de jubilación", afirmó, apoyado en el argumento demográfico del envejecimiento. A pesar de que a ratos hubo fricciones e incluso puntos de dureza -en concreto con el portavoz de ERC, Joan Tardá, con quien se retó a ver quién había dicho "más estupideces"-, Corbacho dejó una vez más abiertas las puertas a la negociación y al pacto. "[Este es] un debate en el que algún punto de tensión tenía que haber", concluyó Corbacho en su segunda intervención.

Pero eso no sirvió para que Trabajo diera marcha atrás en la propuesta de retrasar la edad de jubilación desde los 65 a los 67 años. Se lo pidieron IU, PNV y ERC, pero Corbacho insistió en que se trata de un documento para el debate y que tiene que hablarse sobre ello.

Hubo otros aspectos polémicos, como las pensiones de viudedad. El ministro de Trabajo habló de "una reformulación integral de esta pensión". Y apuntó en dos direcciones: quienes se quedan viudos cuando son jóvenes y quienes, cobrando esta pensión, también tienen un trabajo.

Las críticas de la oposición fueron generales. Abrió fuego el portavoz del Partido Popular, Tomás Burgos. "Han iniciado ustedes el debate de la peor forma posible", dijo. Para el PP, el documento del Gobierno se asienta en una premisa falsa, pues no es la demografía la que fuerza a reformar la Seguridad Social, sino la crisis. "Es el déficit y la deuda pública lo que representa un problema", abundó.

Por su parte, el portavoz de CiU, Carles Campuzano, inició su intervención con un duro ataque: "Su irresponsabilidad va a complicar los trabajos de esta Comisión", dijo en referencia a la forma en la que se había planteado el debate. Sin embargo, Campuzano, se erigió en paladín del consenso al prometer ayuda "para que todo salga bien".

El ministro Celestino Corbacho (izquierda) conversa con el líder de CC OO, Ignacio Fernández Toxo, en un acto ayer en el Congreso.
El ministro Celestino Corbacho (izquierda) conversa con el líder de CC OO, Ignacio Fernández Toxo, en un acto ayer en el Congreso.BERNARDO PÉREZ

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