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La administración Bush ultima el 'plan de rescate' para las dos principales hipotecarias de EE UU

El Gobierno federal prevé tomar en breve el control de Fannie Mae y Freddie Mac ante la situación de la crisis financiera y ya ha informado de la operación a sus ejecutivos, según 'The New York Times'

Altos cargos de la administración Bush y de la Reserva Federal estadounidense han informado ya a los principales ejecutivos de Fannie Mae y Freddie Mac, las dos principales entidades hipotecarias de EE UU, de los planes para situar a ambas empresas bajo control del Gobierno federal, según recoge el diario estadounidense The New York Times, en lo que sería la mayor operación de rescate financiero de la historia de Estados Unidos.

El plan de rescate para ambas empresas, que entre las dos tienen una cartera hipotecaria que asciende a 12 billones de dólares (unos 8 billones de euros), se uniría así al ya aprobado a principios de este año con Bear Stearns, el quinto banco de inversión de Wall Street, y se enmarca en la crisis financiera que sacude a EE UU desde el pasado año.

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Con la nacionalización de ambas entidades, sus principales jefes podrían ser sustituidos por nuevos cargos designados por el Gobierno de George W. Bush. De momento se desconoce el coste de la operación, pero se calcula que la inyección económica podría requerir miles de millones de dólares.

Según The Wall Street Journal el plan podría ser anunciado este mismo fin de semana.

Funcionarios de la administración Bush y de la Reserva Federal se reunieron con los altos ejecutivos de ambas empresas hipotecarias el viernes y les dijeron que el Gobierno estaba preparando tomarlas bajo control federal. El presidente de la Fed, Ben Bernanke, y el secretario del Tesoro, Henry Paulson, estuvieron presentes en la reunión, junto con James Lockhart, director de la Agencia Federal de Financiamiento Hipotecario y con los consejeros delegados de Fannie Mae, Daniel Mudd, y de Freddie Mac, Richard Syron. Las reuniones se realizaron en forma separada con los ejecutivos de ambas compañías, según la prensa estadounidense.

A finales de julio, el Congreso estadounidense aprobó un plan de emergencia que otorgó al Departamento del Tesoro la autoridad para ofrecer una cantidad de préstamos indeterminada a las dos empresas, o tomar una posición accionaria de las mismas si continuaban en problemas. La legislación hipotecaria convertida en ley por Bush ese mes, requiere que las compañías estén de acuerdo con el apoyo del Tesoro.

Las acciones de ambas compañías se han desplomado casi 80% desde mediados de mayo, en momentos en que el mercado hipotecario estadounidense registra una importante desaceleración. Esto ha resultado en pérdidas para ambas empresas de cerca de 14.000 millones de dólares en los últimos cuatro trimestres, lo que ha minado su capital.

Los mercados financieros están pronosticando que una inversión del Tesoro de EEUU respaldaría explícitamente la deuda de las compañías, que asciende a 1,6 billones de dólares, pero dejaría sus acciones prácticamente sin valor.

Analistas de Citigroup, Merrill Lynch, y Goldman Sachs han emitido informes desde mediados del mes pasado donde afirman que las compañías tienen suficiente capital para operar en el corto plazo, y que ambas han logrado posponer exitosamente vencimientos de deuda.

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