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A la hora de divorciarse, cuidado con el 'blog' de la ex pareja

Laurie, una madre de Manhattan, empezó el podcast DivorcingDaze.com cuando se divorció en 2006. Cada semana, Laurie y una amiga suya, también divorciada, se toman un vaso de vino, graban sus conversaciones sobre el tema del día —balnearios, novios, el último escándalo—, y luego las cuelgan en Internet.

Los 10.000 oyentes mensuales que, según Laurie, se descargan los episodios de DivorcingDaze han oído a Laurie decir que descubrió que su marido tenía un idilio con su jefa por un mensaje de correo electrónico que le vio en la BlackBerry, y que éste le había dicho a su hija mayor que no estaba engañando a su madre porque en su mente el matrimonio ya estaba acabado.

En una era en la que más de uno de cada diez usuarios adultos de Internet en EE UU tienen blogs, según Pew Internet y American Life Project, mucha gente utiliza la web para contar su versión de una historia marital. Es imposible determinarcuánta gente está escribiendo blogs sobre su divorcio.

Mary Madden, una investigadora de Pew Project especializada en relaciones en Internet, afirma que en épocas de intensa carga emocional, algunas personas recurren a la web. "Es una pizarra en blanco para descargar todas las frustraciones y emociones de una crisis personal", explica Madden.

A la larga, todo este compartir de experiencias tendrá consecuencias. "El impacto a largo plazo de la información que permanece en Internet todavía no se ha hecho

sentir del todo", asegura Madden. En abril se puso en evidencia el potencial de Internet para exponer y desacreditar a las ex parejas cuando un matrimonio de derrumba.

Tricia Walsh Smith, una actriz británica que se está divorciando de Philip Smith, un ejecutivo teatral, colgó un vídeo en YouTube en el que anunciaba que nunca habían mantenido relaciones sexuales, pero que a pesar de todo él tenía acumulada una buena reserva de Viagra, pornografía y condones.

No es de extrañar que el abogado de Smith, David Aronson, calificarael vídeo de "horroroso" y dijera: "Smith es una persona muy reservada.Obviamente esto es muy embarazoso". En la separación, naturalmente, la verdad de una persona puede ser la mentira de otra. A menudo los comentarios son furtivos. Pero incluso cuando el ex-esposo/a se da cuenta de que es el protagonista de un blog y pone una demanda para pararlo, los veredictos más recientes muestran que los tribunales son reacios a intervenir.

Cuando el marido de Laurie se enteró de lo de los podcasts el año pasado, presentó una demanda contra ella. Entre otras alegaciones, sostenía que incluía afirmaciones "odiosas, peyorativas y ofensivas", y que "violaban lascondiciones del acuerdo de divorcio por el que ella no podía acosarle ni difamarle".

Laurie nunca le había contado a su marido lo del blog porque su intención era ofrecer consejos a los demás y no vengarse de él. No utiliza su apellido o el de su marido en sus conversaciones y pidió que los nombres de ambos fueran eliminados de este artículo.

En una decisión tomada hace unos meses, un fallo judicial del Tribunal Supremo del Estado de Nueva York afirmaba que las quejas del esposo de Laurie no tenían suficiente fundamento como para bloquear el blog. Aunque es posible que las declaraciones de Laurie fueran "maliciosas y no promovían la cooperación como padres de los cónyuges", escribió el tribunal, "estaban cubiertas por la Primera Enmienda, que protege la libertad de expresión".

Como es lógico, los abogados que se dedican a casos de divorcio han tomado nota. Deborah Lans, de Cohen Lans, un despacho de abogados de Manhattan que se dedica con mucho éxito a la práctica matrimonial, señala: "Lo último que quieres ver es a personas enfadadas emitiendo declaraciones incontroladas".

A principios de este año, un tribunal de Vermont exigió a William Krasnansky que retirara la versión ligeramente disfrazada de su divorcio, en la que ofrecía una imagen poco halagadora de su ex-mujer y la culpaba de haberle hecho perder mucho dinero al obligarle a vender la casa de ambos. La ex mujer de Krasnansky se quejaba de que dicha versión era "difamatoria".

Pero semanas más tarde, después de recibir una tormenta de críticas, el tribunal se retractó y concedió el derecho a Krasnansky de continuar con la publicación.

Para algunas ex parejas, la venganza no es la cuestión. Escribir sobre el divorcio puede ayudar a atraer lectores. "Los escritores de blogs que más éxito tienen son

aquellos que cuentan su vida personal", afirma Penelope Trunk, autora del blog Brazen Careeerist, que a lo largo del año pasado ha escrito a menudo sobre el hundimiento de su matrimonio, que había durado 15 años.

Pero aún más doloroso, ha escrito sobre los problemas de un hijo que tiene el síndrome de Asperger y admite que tanto ella como su marido creen que las dificultades a la hora de criarle habían contribuido a provocar su divorcio. Pero este tipo de sinceridad brutal no es aconsejable para los niños, en especial porque la mayoría de ellos albergan sentimientos de culpa a causa del divorcio de sus

padres, según Irene Goldenberg, una catedrática emérita de psiquiatría en la Universidad de California, Los Ángeles.

"No es bueno para los niños obtener información personal de esta manera", asegura Goldenberg. "Y la gente tiene que pensárselo dos veces antes de actuar y dejarse llevar por el acaloramiento del momento. La manera en que se sienten ahora no es la manera en que se sentirán dentro de dos años, y luego no hay forma repararlo".

Pero Trunk no está de acuerdo. "Es un tema generacional", admite. "Creemos que será un gran problema, pero para ellos no lo será. En el momento en que sean lo suficientemente mayores como para leer el blog, se habrán pasado la vida entera en Internet. Dirán 'Ah, sí, ya lo suponía".

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