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El temporal bate un récord histórico y deja olas de hasta 20 metros

El mar abre una brecha en el dique de Cedeira

El mar volvió a revolverse ayer con fuerza en el litoral gallego, pese a que el temporal fue amainando a medida que avanzaba la jornada. En el municipio coruñés de Cedeira, el fuerte oleaje abrió en el espigón exterior del muelle una brecha de 35 metros de largo en la que, según relató el patrón de la cofradía, Agustín Pérez, "cabe un brazo". En esta villa la embestida de las olas llegó a bañar algunos edificios del puerto. "Yo nunca había visto tanto mar como ayer [por el lunes] y la gente mayor tampoco lo recuerda", explica el marinero. En el cercano ayuntamiento de Cariño, el mar arrancó una farola del muelle y desplazó un bloque del espigón, informa Europa Press.

En la grieta de 35 metros que se formó en el espigón "cabe un brazo"

La bravura del mar provocada por el temporal ha alcanzado marcas históricas. En cabo Vilán (Camariñas), a las ocho de la tarde del lunes, el oleaje batió el récord nacional de altura, pues se calcula que la ola máxima en aquel momento alcanzó los 20 metros. La boya ubicada junto al cabo registró una ola significante de 12,7 metros, una cifra que recoge la media de las 33 ondas más altas. No fue este punto el único de la costa coruñesa especialmente batido. En Langosteira (Arteixo), donde se construye el puerto exterior de A Coruña que recibirá en un futuro a los petroleros, lo medidores detectaron una ola significante de 10,40 metros y una ola máxima de 15,40 metros.

En A Coruña, donde el lunes el oleaje se llevó por delante 40 metros de paseo marítimo, un hombre de 33 años fue arrollado cerca de las ocho de la mañana por un golpe de mar en las rocas de Punta Herminia y sufrió un traumatismo craneoencefálico. En Miño las olas arrancaron una pasarela de madera de 30 metros en la playa de Lago. Según relató el 112, la Policía Local informó de que durante la noche el temporal arrancó una pasarela de madera de 30 metros, que se encontraba a la deriva.

En Coristanco el viento derribó una valla en la carretera provincial CP-2904, en el punto kilométrico 5,500, y a medida que avanzaba el día las incidencias se limitaron a la caída de árboles. Las más graves ocurrieron en la carretera provincial entre Boiro y Noia a su paso por Lousame, y en Crecente (Pontevedra), en la vía PO 400.

Las fuertes rachas de viento en el litoral y el estado del mar obligaron a mantener amarrada a puerto la flota de bajura y de arrastre. Tal y como reconocieron armadores de Lugo, la situación "mejoró con respecto al lunes, pero no hasta el punto de poder salir a faenar". Los meteorólogos anuncian para hoy el fin del temporal, con una jornada en la que se incrementará la influencia anticiclónica, aunque persistirán los vientos del oeste y las nubes.

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