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Crisis energética en la UE

Rusia promete reanudar hoy el suministro de gas a Europa

Ucrania dice que necesitará 36 horas para normalizar el servicio

Andreu Missé

La guerra del gas se dio ayer una tregua. Rusia se comprometió a reanudar el suministro de gas a la UE a través de Ucrania, paralizado desde el miércoles pasado, después de que Moscú y Kiev firmaran un acuerdo en Bruselas, con la mediación de la Comisión Europea, que establece el procedimiento para el despliegue de observadores internacionales en los puntos estratégicos de la extensa red de gasoductos que cruzan Ucrania. El suministro será restablecido a partir de las ocho de la mañana de hoy, "si no hay obstáculos", según dijo el vicepresidente ejecutivo del gigante ruso Gazprom, Alexandr Medvédev.

La falta de uso de los gasoductos, debido a la interrupción total del suministro por parte de Rusia desde el pasado día 7, podría plantear dificultades para reanudar su funcionamiento. Rusia y Ucrania han señalado que serán precisas 36 horas para que el gas llegue a las fronteras de la Unión Europea. La falta de combustible ha provocado problemas en al menos 18 países de la UE, especialmente en los Balcanes, donde cientos de miles de personas han pasado una de las peores olas de frío sin calefacción.

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La presencia de 75 observadores internacionales, un tercio por cada una de las tres partes -Rusia, Ucrania y la UE, que ya ha enviado a 22 expertos de empresas y cuatro altos funcionarios-, permitirá esclarecer a los verdaderos responsables de las interrupciones de suministro. El presidente de la Comisión, José Manuel Durão Barroso, recordó las acusaciones recíprocas entre rusos y ucranios sobre las causas del conflicto: "Los rusos te dicen que el corte del suministro es por los ucranios y si hablas con los ucranios te dicen que la culpa es de los rusos". La guerra entre Ucrania y Rusia se desató el 1 de enero, por una disputa sobre el precio al que la rusa Gazprom vende el gas a la ucrania Naftogaz.

El comisario de Energía, Andris Piebalgs, que ha estado muy activo en todo el proceso de las negociaciones, manifestó: "Si mañana [por hoy] el gas no circula ya sabremos a quién culpar". Medvédev, en una conferencia de prensa celebrada en Bruselas, en la que estuvo acompañado por el viceprimer ministro ruso, Ígor Sechin, afirmó que el acuerdo sobre el despliegue de los observadores para verificar que el gas ruso está bien encaminado hacia Europa sin robos en territorio ucranio -motivo esgrimido por Moscú para cortar el gas a la UE- "había sido finalmente firmado por todas las partes, sin declaraciones ni suplementos".

Barroso mantuvo ayer conversaciones con Víktor Yúshenko y Yulia Timoshenko, presidente y primera ministra, respectivamente, de Ucrania y más tarde con el primer ministro ruso, Vladímir Putin, para reconducir las negociaciones. Todos manifestaron que aceptaban las condiciones del acuerdo. "El primer ministro ruso me ha confirmado explícitamente que desde el momento en que los observadores estuvieran sobre el terreno, el gas empezaría a circular", manifestó Barroso.

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Con motivo de la crisis, la presidencia checa de la UE convocó un Consejo Extraordinario de Energía, en el que estaba previsto tomar "medidas concretas" por si no se resolvía el conflicto. En sus conclusiones, los ministros señalaron que la presente crisis ha puesto de relieve la importancia de "reforzar urgentemente la política energética en los Estados miembros y a nivel de la UE, con el propósito de poder prevenir futuras interrupciones mayores o hacer frente a sus consecuencias". La UE recibe de Rusia casi un tercio del gas que consume y un 80% de éste pasa por Ucrania.

El Consejo abogó por aumentar los depósitos de reservas de los Estados y de las industrias y destacó "la contribución de la diversificación de las rutas de transporte y fuentes a la seguridad energética de la Unión y de sus Estados miembros, incluyendo la instalación de terminales de GNL (gas natural licuado)", lo que permite su utilización por todos los países.

El ministro checo de Energía, Martin Riman y, a la derecha, su homólogo francés, Jean-Louis Borloo, en la reunión del Consejo de Energía de la UE.
El ministro checo de Energía, Martin Riman y, a la derecha, su homólogo francés, Jean-Louis Borloo, en la reunión del Consejo de Energía de la UE.AFP

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