_
_
_
_
_
Reportaje:Fallas 2007

Cruz Roja ataca las 'ratoneras'

La organización incorpora ciclistas en Fallas para atender a las estrechas calles del centro

Jesús Carbayo y Eduardo Cardena están en forma. Llevan todo el año entrenando en el antiguo cauce del Turia para la semana de Fallas. Su objetivo es atender a los heridos en las estrechas calles del centro histórico donde el acceso a las ambulancias es casi imposible. Aseguran que en apenas cinco minutos llegan a todos los rincones del casco histórico. Son la última incorporación del dispositivo de la Cruz Roja para solucionar uno de los conflictos de la fiesta que más preocupa a los valencianos, el acceso de los equipos de urgencia a las "ratoneras" formadas durante los días grandes de las Fallas.

"Siempre que puedo me pillo la bici para entrenar un rato", explica Carbayo. Practican la forma de frenar o cómo mantener el equilibrio entre las manifestaciones espontáneas de la fiesta callejera. Van equipados con un casco rojo bien visible y una camilla plegable. "En cinco minutos llevamos a cualquier herido a la plaza del ayuntamiento". Entre sus activos cuentan con la colaboración de la gente. "Siempre hay alguno que se presta a cuidar la bici, aunque llevamos cadenas por si acaso nos la roban", añade Carbayo.

El exceso de muchedumbre fallera alcanza su máxima expresión, en las calles del centro, antes y después de cada mascletà. Las lipotimias atacan a decenas de personas bajo el intenso calor. Los equipos de la Cruz Roja atendieron, durante las Fallas del año pasado, a 431 afectados por golpes de calor.

La organización sanitaria presentó ayer su dispositivo para los próximos días. 300 voluntarios efectuarán cerca de 1.000 intervenciones. De momento, ya llevan 200 actuaciones. Los cuatro socorristas montados en bicicletas forman parte de este operativo enfocado sobre todo a las mascletàs a pleno sol.Las masas nocturnas no contarán con los ciclistas para el socorro. El turno de Carbayo y Cardena acaba a las nueve de la noche. Un centenar de médicos, enfermeros, conductores de ambulancia y socorristas forman este equipo que cuenta con voluntarios de más de 20 provincias.

En mitad del fragor de la protesta vecinal contra los abusos falleros, los vecinos de Russafa lamentaban que una mujer minusválida del barrio no pudo salir de su propia casa desde la plantà hasta la cremà del 2006. La calle de Sueca y adyacentes estuvieron colapsadas sin remedio. "Para llegar al coche, aparcado a 10 metros de mi portal, tardé tres cuartos de hora", explicaba una vecina de la calle de Buenos Aires. Una semana después, el grupo municipal socialista protestó ante la carencia de un plan de emergencia que tuviera en cuenta esas situaciones. "Como un día pase algo, nos vamos a enterar", exclamaba un vecino. Un representante de la Cruz Roja serenó ayer los ánimos. "El protocolo de actuación está muy detallado junto a Protección Civil".

Sin embargo, la solución de los socorristas montados planteada por esta organización para las calles del centro, se queda ahí. El resto de barrios no contarán con bicicletas para combatir a las "ratoneras".

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_