Alicante coopera en el desarrollo de universidades en 45 países
La institución gestiona cuatro millones de euros para proyectos en el exterior
Desde el campus de Alicante un equipo de unas 30 personas, a través de la Oficina de Gestión de Proyectos Internacionales (OGPI), se encarga de cooperar con otras universidades del mundo. Y lo hacen transmitiendo conocimiento de su gestión. El director de la OGPI, Roberto Escarré, no para de viajar buscando cómo "exportar modelos de gestión eficientes". No se trata de implantar el modelo universitario occidental a cualquier universidad, sino de "analizar el contexto y plantear las mejores soluciones", apunta Escarré que, en la actualidad, trabaja, entre otros, en el proyecto Eucanet de modernización de las oficinas de relaciones internacionales en el Caribe (República Dominicana y Haití) y Q-UNITS de las universidades africanas de Tanzania, Uganda y Kenia que pretenden mejorar la gestión y su proyección regional y nacional.
Los países en los que la Comisión Europea desarrolla estos programas son del Este de Europa, antigua Yugoslavia, en América Latina, Asia y países de África, Caribe y Pacífico. Para ellos, la Comisión Europea dispone de una serie de programas para financiar todas estas actividades, y en estos momentos la Universidad de Alicante gestiona casi cuatro millones de euros, con lo que se convierte en la primera universidad española en esta materia. Por ejemplo, en el programa transeuropeo de cooperación en materia de enseñanza superior, conocido como Tempus, para campus de la ribera Mediterránea, Balcanes y Europa del Este, la Universidad de Alicante gestiona 31 iniciativas diferentes, muchas más que las 12 de la Politécnica de Valencia o las siete de la Autónoma de Barcelona. "Nosotros trabajamos por objetivos. Nuestro sueldo depende del éxito en las convocatorias europeas", apunta Escarré, quien admite que esta profesionalización y liberalización de esta oficina es un modelo muy singular en España.
La OGPI está trabajando en técnicas de autoevaluación de la calidad de las enseñanza superior en Marruecos, con la colaboración de la universidad de Provenza (Francia). También establecen mejoras en las habilidades docentes en los cursos de postgrado de Ingeniería Espacial en Ucrania o la difusión de iniciativas de e-learning en las universidades moldavas. Los proyectos también se extienden al otro lado del Atlántico, y en América Latina trabajan en la mejora de las oficinas de las relaciones internaciones y en la propia internacionalización de la educación superior.
Durante sus cinco cortos, pero intensos años de vida, la oficina ha puesto en marcha iniciativas en 45 países diferentes relacionadas con la cooperación científica internacional, los derechos de propiedad intelectual, la cooperación universidad-industria, el e-learning o la calidad. Su próximo reto es ponerse a trabajar en universidades de India o China, también interesadas por sus propuestas.
Los proyectos de la universidad se centran en mejorar la situación de la educación superior de estos países a través, básicamente, de actividades de formación dirigidas a directivos. Aunque existen otro tipo de necesidades que solo, muy parcialmente, son cubiertas por estas líneas de financiación (equipos, ordenadores...). La Comisión Europea considera que la mejora del capital humano con acciones específicas de formación es lo que tiene "más impacto en los sistemas de educación superior de los países en vías de desarrollo", afirma Escarré.
Al final, en la mayoría de estos países los beneficiados son los propios estudiantes que disponen de nuevas estructuras creadas en sus universidades (oficinas de relaciones internacionales, oficinas de cooperación universidad-industria...) que les permiten optimizar sus capacidades y aumentar sus posibilidades de insertarse en el mercado laboral con éxito. Se trata de cooperación internacional con rango universitario.
