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Bancaja aprueba la emisión de 1.200 millones de activos sobre préstamos

El mercado se muestra reacio a comprar créditos desde que estalló la crisis

Ignacio Zafra

El consejo de administración de Bancaja aprobó ayer la emisión de una titulización por valor de 1.200 millones de euros con activos sobre créditos hipotecarios y sobre los derechos de préstamos de activos crediticios de pequeñas y medianas empresas. El movimiento no es nuevo: la caja había realizado anteriormente 26 emisiones de titulización. Lo que ha cambiado es el escenario en el que se efectúa: el mercado se muestra extremadamente reacio a adquirir derechos sobre deuda desde el estallido, a mediados del verano pasado, de la crisis financiera originada en Estados Unidos por las hipotecas subprime.

Por ello, aunque la intención de la entidad sea emitir todo o parte de la titulización, parece improbable que lo haga de forma inmediata, mientras el mercado mantenga la desconfianza hacia esta clase de productos. Y ello aunque sean muy distintos de los que causaron la crisis: las subprime, a diferencia de los préstamos de Bancaja, consistían esencialmente en hipotecas que planteaban de entrada muy difícil cobro.

La entidad puede usar la titulización como aval para lograr liquidez

En principio, la titulización es un instrumento para desprenderse de créditos y obtener liquidez. Se reúne un paquete de créditos a particulares y se venden segmentados en títulos que rinden el equivalente a los intereses previstos en los préstamos. Es posible, sin embargo, utilizarlos con otros fines: como avales, por ejemplo, con los que las entidades pueden dirigirse a las instituciones financieras públicas para captar liquidez. Es el caso de las inyecciones de dinero que ha venido realizando en los últimos meses el Banco Central Europeo.

Bancaja podría, por tanto, optar por esta vía o sacar sólo una parte de la titulización hasta que cambie el humor del mercado, ya que hasta ahora se ha limitado a aprobar la emisión. Una maniobra previsora que están realizando otras grandes entidades financieras españolas.

El sistema en su conjunto se encuentra a la búsqueda de fórmulas que mejoren la liquidez, debido a la desconfianza de los bancos a prestarse dinero entre sí que se ha instalado desde que empezó la crisis. La otra gran caja valenciana, la CAM, decidió hace un mes emitir cédulas territoriales, unos títulos conceptualmente parecidos a los que ayer aprobó Bancaja pero que presentan una diferencia fundamental: están respaldados por los préstamos concedidos a la Generalitat y a otras Administraciones públicas, un respaldo que facilita notablemente su colocación en el mercado.

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La voluntad de expansión internacional y el contexto financiero llevaron a la CAM, cuarta caja española, a tomar en noviembre una decisión más atrevida: sacar a bolsa, en el plazo de tres años, cuotas participativas, títulos similares a las acciones pero que no proporcionan derecho a voto, convirtiéndose en la primera caja en hacerlo.

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Sobre la firma

Ignacio Zafra
Es redactor de la sección de Sociedad del diario EL PAÍS y está especializado en temas de política educativa. Ha desarrollado su carrera en EL PAÍS. Es licenciado en Derecho por la Universidad de Valencia y Máster de periodismo por la Universidad Autónoma de Madrid y EL PAÍS.

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