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Camps y Barberá celebran que la Copa vuelva tras dos años de dudas

La alcaldesa confirma que no habrá canon y anuncia actos paralelos en la dársena

La cautela del martes saltó ayer en pedazos. A primera hora de la mañana, la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, y el presidente de la Generalitat, Francisco Camps, abrieron hueco en sus agendas para mostrar su satisfacción, después de dos años de incertezas y bronca judicial entre los equipos, por la celebración en Valencia de la 33ª edición de la Copa del América en febrero de 2010. "Valencia está preparada y sus administraciones, dispuestas a empezar a trabajar para que ésa sea una edición excepcional", dijo Camps, que se felicitó por la aprobación en el Congreso de los Diputados el martes de los incentivos fiscales para la Volvo Ocean Race.

Unas 48 horas antes, la alcaldesa de Valencia, según explicó ella misma, supo por una llamada de Ernesto Bertarelli, el patrón del equipo suizo, que el Alinghi, vencedor de la 32ª edición de la Copa, había comunicado por escrito a la juez de Nueva York, que debe decidir sobre la sede, que optaba por Valencia. Su intento de llevarse la regata primero a Emiratos Árabes y luego a la costa este de Australia se ha ido al traste.

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"Está al 99,9% seguro, pero hasta que la juez no dicte el fallo, el tema no estará cerrado", agregó Barberá, que avanzó que esta edición será "muy, muy atractiva" por el tipo de barcos y la velocidad que alcanzarán. "Me preguntó por la disposición de Valencia y le dije que la ciudad está encantada, el presidente también y el Gobierno español también", explicó la alcaldesa en alusión a su conversación telefónica con el dueño del Alinghi.

Barberá aseguró que la organización de esta competición no conlleva el pago de ningún canon y avanzó que ahora tienen que trabajar en la promoción de la competición, la producción televisiva y en idear acontecimientos paralelos "para poner en valor" la dársena y hacer "más atractiva" la competición.

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La espectacularidad de esta edición tan breve centró muchos de los comentarios del presidente y la alcaldesa. "Será breve, pero más intenso", apostilló Barberá en referencia a la velocidad que alcanzan los catamaranes.

Entre las ideas que rondan la cabeza de la alcaldesa está la de contactar con los equipos que se inscribieron en la competición cuando iba a ser de formato convencional, para "invitarles y que se sientan vinculados aunque no sean participantes, así como ofrecer la Marina Juan Carlos I como sede permanente de sus equipos". Ya se verá.

De momento, los presupuestos que está preparando el equipo de gobierno del Ayuntamiento de Valencia para 2010 no incluyen ninguna partida económica destinada a esta edición de la Copa del América. "No hay ni un euro reservado", aclaró el concejal de Hacienda, Silvestre Senent. Sin embargo, se declaró a la espera de lo que decida la alcaldía en los próximos días.

También desde el consistorio, la portavoz de los socialistas, Carmen Alborch, hizo ayer referencia a las regatas del próximo mes de febrero. Además de mostrar su alegría porque el Alinghi haya decidido volver a Valencia, Alborch se ofreció a trabajar junto con el gobierno local para "lograr que la Copa llegue a buen puerto". Según la socialista, esta oportunidad solo se aprovechará plenamente si las tres administraciones públicas implicadas (Ayuntamiento de Valencia, Generalitat y Gobierno central) se coordinan.

Ricardo Peralta, delegado del Gobierno en la Comunidad Valenciana, confirmó el respaldo de la Administración central, que "no escatimará en esfuerzos" para la organización de la 33ª edición de la Copa del América. "Siempre hemos apostado por la celebración de esta competición", apuntó.

A la misma hora que las autoridades comparecían satisfechas por el prácticamente seguro desenlace, el Consorcio Valencia 2007 sacaba a licitación dos proyectos en la Marina Real Juan Carlos I del puerto valenciano por un valor que roza los 400.000 euros, IVA incluido.

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