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Revuelta educativa

Camps, la Iglesia y Ciudadanía

"O son muy torpes y complican algo sencillo o intentan ocultar algo"

Las convicciones religiosas del presidente de la Generalitat flotaron sobre el intercambio que Francisco Camps mantuvo ayer ante el pleno de las Cortes con el portavoz socialista Ángel Luna sobre la decisión del Consell de enseñar la asignatura de Educación para la Ciudadanía en inglés. Luna introdujo su pregunta con un pequeño ejercicio de memoria. El PP anunció que si Mariano Rajoy ganaba las elecciones generales, el Consell retiraría este mismo curso la nueva asignatura. "La jerarquía católica se opone a Educación para la Ciudadanía, usted hace bandera de esa oposición y cinco días después de perder las elecciones generales, en un acto de arrogancia, decide enseñar la nueva asignatura en inglés". Según Luna, hasta la fecha, el resultado de tal opción es el "caos", el "esperpento" y la oposición de toda la comunidad educativa. "Todo el mundo cree sinceramente que este problema lo ocasiona ni más ni menos que las vinculaciones de su conciencia", redondeó el portavoz socialista.

Luna: "Siguen sin aceptar que hay una ética civil, son premodernos"
Font de Mora: "Estamos ante un proceso inicial y complejo"

Camps revistió su réplica de un ánimo constructivo. "Quiero que los valencianos hablen valenciano en la Comunidad Valenciana, español en España e inglés en el mundo". El presidente de la Generalitat reiteró su apuesta por la educación trilingüe y aseguró que considera "coherente y responsable impartir una asignatura nueva en el idioma que más se habla en el mundo".

Camps atribuyó el origen del conflicto en torno a Educación para la Ciudadanía a "la arrogancia de un Gobierno que impulsa una nueva asignatura contra la mitad del Congreso" y quiso salvar su supuesta proximidad con la Iglesia católica con una broma. "Sobre mí no pesa ninguna jerarquía, entendería sus dudas si hubiera decidido que se impartiera en latín". Y optó por devolver el golpe: "Qué jerarquía ideológica le impulsa a usted para impedir que esta asignatura se dé en inglés".

El portavoz socialista no se arredró. "Me impulsan los niños. Dígale a la cara a los valencianos que esto es útil. Nosotros no nos oponemos a la educación en inglés, pero para implantar una asignatura en inglés hay que hacer algunas cosas: se contratan profesores, se enseña y se evalúa a los alumnos. No se genera este caos. O son ustedes muy torpes para gestionar y complican algo muy sencillo o intentan ocultar algo".

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Luna recuperó el arranque de su intervención: "El problema es que ustedes siguen sin aceptar que hay una ética pública y civil porque no creen en un estado moderno, porque son ustedes premodernos".

Camps seguía tranquilo y no se salió un ápice de su discurso. "El Estado tiene sus competencias, la Comunidad Valenciana las suyas y entiende que el inglés es adecuado para la nueva asignatura. Al secretario general de la Unesco y a la propia ministra de Educación les parece excepcional que se enseñe Educación para la Ciudadanía en inglés. Los jóvenes valencianos cuentan con un gobierno moderno, sensato y responsable".

Alejandro Font de Mora, consejero de Educación, mantuvo el mismo tono aparentemente conciliador en el breve intercambio posterior que mantuvo con el socialista Adolf Sanmartín. "La consejería solo persigue que la asignatura se imparta en las mejores condiciones, damos todas las facilidades".

El consejero también se puso la venda antes de la herida, según coincidieron en señalar algunos de los representantes sindicales que seguían el debate desde la tribuna de invitados, cuando dijo: "Estamos recabando información de los directores y equipos directivos para modificar y mejorar la orden".

El miércoles, también ante el pleno de las Cortes, Font de Mora acusó a quienes cuestionaban sus instrucciones sobre Educación para la Ciudadanía de ser "unos radicales". Ayer se mostró más conciliador. En respuesta a una pregunta del socialista Manuel Bueno sobre la implantación de Educación para la Ciudadanía en la escuela concertada, Font de Mora reiteró que el Consell optó por introducir Educación para la Ciudadanía en inglés porque los manuales usan "un lenguaje transversal y genérico"; aseguró que "la escuela concertada colabora lo mismo que la pública"; y asumió: "Puede haber problemas porque estamos ante un proceso inicial y complejo, intentamos subsanar los problemas que surgen cuando se implanta toda novedad".

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