Camps admite que los buenos tiempos trajeron "excesiva autocomplacencia"

Gerardo Camps, vicepresidente segundo de la Generalitat y consejero de Economía y Hacienda, admitió ayer la necesidad de impulsar un cambio de modelo productivo y reconoció (sin limitarlo a un ámbito territorial concreto) que durante los buenos tiempos los gestores políticos cayeron en una "excesiva autocomplacencia": se creció mucho pero de forma desequilibrada, afirmó. Variar el patrón de crecimiento es importante, prosiguió, pero lo urgente ahora es estabilizar la economía introduciendo reformas estructurales, empezando por la laboral y continuando por la del sistema financiero.

En clave de reducción del gasto, Camps, que participaba en una jornada del Colegio de Economistas, consideró prioritario efectuar una reestructuración de las administraciones (la Generalitat está realizándola en el "segundo escalón", dijo) y quitar las "subvenciones innecesarias".

¿A qué se refería con innecesarias? El consejero no lo aclaró, pero solo hay que repasar las páginas de los diarios para ver cómo se van reduciendo los fondos que la Generalitat destina a frentes tan dispares como los comedores escolares y las sociedades musicales. De forma un tanto contradictoria, el vicepresidente afirmó también que el Consell estudia extender la ayuda de la renta ciudadana (algo más de 400 euros que ahora perciben básicamente las familias que rozan la marginalidad) a aquellos parados que han agotado la prestación por desempleo y no cobran otros subsidios. En la comunidad autónoma son 168.000.

En la jornada intervinieron también los responsables del Impiva, el Ivex y el Instituto Valenciano de Finanzas. Leopoldo Pons, presidente del Colegio de Economistas, abrió el acto defendiendo una simplificación de la normativa laboral (contrato único) y advirtiendo del riesgo de que una subida de impuestos a las clases altas provoque una fuga de tributación.