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Camps apuesta por el ladrillo

El presidente dice que la construcción tiene que ser la locomotora económica

Cuando un constructor pide una licencia, suena música celestial. Al menos en los oídos del presidente de la Generalitat, Francisco Camps, que ayer aprovechó la colocación de la primera piedra de una promoción de vivienda protegida de la Generalitat en la pedanía de la Torre en Valencia para asegurar que el sector de la construcción "tiene que seguir siendo locomotora fundamental de la economía, generación de empleo y bienestar".

"Estamos preparados para, en el momento en que se rompa la complejidad financiera que hace que se haya paralizado un sector tan fundamental, ponernos rápidamente en marcha con los proyectos", aseguró Camps ante las caras de escepticismo de los empresarios del sector presentes en el acto de colocación de la primera piedra.

El jefe del Consell pide que alguien se haga cargo de lo que no tiene salida

Las manifestaciones de ayer reafirman el compromiso de Camps por el modelo de crecimiento impulsado por el PP desde la Generalitat, que ignora datos como los del Observatorio de la Sostenibilidad de España que indica que solo entre 2000 y 2005 la Comunidad Valenciana cementó un 10,6% sus dos primeros kilómetros de costa.

El acto de ayer supone el arranque de las obras de la primera promoción pública, de 184 viviendas, en el polígono de Sociópolis, donde se ha proyectado un moderno barrio en medio de la huerta situada al sur de la ciudad de Valencia.

La convocatoria volvió a servir a Camps y al consejero de Medio Ambiente, José Ramón García Antón, para insistir en el contenido del plan especial de apoyo a la vivienda, enmarcado a su vez en el plan especial de apoyo a los sectores productivos. Proyecto que a su vez forma parte del plan confianza, con el que la Generalitat envuelve en las últimas semanas todas sus actuaciones.

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En este contexto, Camps abogó por que "alguien se haga cargo de lo que en estos momentos en el mercado no tiene salida" en alusión a los activos inmobiliarios que lastran los balances de las entidades financieras.

El presidente de la Generalitat, que hizo referencia a las propuestas que se manejan en este sentido en Estados Unidos, afirmó: "Puede ser esta una medida que también se tome en España entre las entidades financieras, las cajas de ahorro o el Gobierno de la nación. Alguien que se haga cargo de lo que en estos momentos no tiene salida y que permita que la financiación vaya a las familias y a las pequeñas y medianas empresas". Camps indicó que en tanto en cuanto lleguen esta u otras medidas en el plano internacional o nacional, el Consell seguirá trabajando para que "en el momento en que se rompa la complejidad financiera que hace que se haya paralizado un sector tan fundamental" como la construcción, éste se pueda recuperar.

El consejero de Medio Ambiente argumentó que este año la Generalitat tiene previsto gastar 54 millones de euros en materia de vivienda, de los cuales cinco serán para la rehabilitación del parque público de viviendas. "Se trata de intensificar las medidas de los últimos años", dijo el consejero.

Un cinturón de caras amigas

Desde que el sumario que instruye el juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón colocó los trajes de Camps bajo el foco mediático, el presidente de la Generalitat acude a todos sus actos protegido por un amplio cinturón de caras amigas que lo aíslan de las preguntas y los comentarios incómodos.

El de ayer fue uno de esos actos. En medio de un polígono en obras, Camps compareció para colocar una primera piedra arropado por los consejeros de Medio Ambiente, Industria y Bienestar Social; un nutrido grupo de diputados autonómicos; la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, y otros alcaldes populares de la comarca de L'Horta Sud acompañados de un sinfín de cargos públicos del PP.

Tampoco faltaron los miembros del gabinete de Presidencia, ni una nutrida representación de la dirección regional del PP (con su secretario general, Ricardo Costa, a la cabeza). Ni los representantes de la Fundación Agua y Progreso, que financia la Generalitat. Ni siquiera el director del parque natural de L'Albufera. Un nutrido grupo al que se sumó parte del club de seguidoras jubiladas de la alcaldesa de Valencia.

Nadie que, aparentemente, estuviese especialmente interesado en la promoción de vivienda pública del Consell. Nadie, a excepción de los representantes de las constructoras, que aguantaron estoicamente los discursos a la espera de ver alguna luz que alivie la situación empresarial. Y los periodistas, que aguardaron, sin éxito, a ver si Camps se detenía a responder a alguna pregunta sobre temas de actualidad. Mientras, el consejero de Educación inauguró en La Nucia un centro que funciona desde enero y el titular de Sanidad hizo lo propio con un centro en La Vila Joiosa inaugurado ya en febrero, según informa Artur Balaguer.

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