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Camps defiende los grandes eventos pero evita dar cuenta de su gestión

Luna compara la Generalitat con un Estado fallido por la corrupción y la opacidad

El presidente de la Generalitat, Francisco Camps, defendió ayer su política de grandes eventos en las Cortes Valencianas, pero se cerró en banda a dar cuenta de su gestión en esta materia. En la última sesión de control parlamentario del año, Camps no quiso explicar el coste de la visita del Papa a Valencia en 2006, de la que se benefició la trama corrupta de Gürtel; ni cómo fue posible que las empresas que figuran en los sumarios de Gürtel y Brugal engordaran a cuenta del erario público.

El jefe del Consell tampoco quiso explicar el dinero gastado en su sueño de albergar los primeros Juegos Olímpicos Europeos, ni desde cuándo está negociando la instalación en Valencia de un parque temático de Ferrari. Tan solo se limitó a rechazar lo que calificó como "una ensalada de insultos" de la oposición y a descalificar al portavoz socialista Ángel Luna, del que se despidió hasta el año que viene. "Esta fase de la luna toca a su fin", prosiguió Camps en tono jocoso, "estamos en luna menguante y luego [tras las elecciones de mayo próximo] volverá a salir el sol".

Morera pide las facturas pagadas para intentar traer unas olimpiadas

Para justificar su política de grandes eventos, el presidente de la Generalitat argumentó que la Comunidad Valenciana "tenía que ponerse en pie, tener proyección internacional, actuar sin complejos y ser una referencia en España y en Europa".

Las explicaciones no convencieron al socialista Ángel Luna, que acusó a Camps de haber llevado la Comunidad Valenciana "a la economía de la corrupción". Tras recordar algunos de los episodios más sonrojantes del sumario del caso Brugal, en el que familiares de los consejeros hablan por teléfono sobre qué empresas se van a llevar determinadas concesiones del Gobierno valenciano y cuáles no, Luna comparó la Generalitat con un Estado fallido, sumido en la corrupción y el oscurantismo. "Aquí existe una corrupción extrema, en la que hay una burocracia impenetrable. Aquí hay una opacidad absoluta, en la que existen poderes al margen de las instituciones políticas", señaló el socialista, que aseguró que esa estrategia permite a Camps "la discrecionalidad administrativa y gastar mucho dinero". Como ejemplo, Luna contrastó la actitud del Gobierno gallego, del PP, que ha tardado 72 horas en pedir una comparecencia para explicar los gastos de la reciente visita del Papa a Santiago de Compostela, mientras que en la Comunidad Valenciana se desconocen los gastos de la visita del Pontífice en 2006.

El portavoz de Compromís, Enric Morera, tampoco tuvo mejor suerte con las preguntas a Camps acerca de las facturas pagadas al Instituto Nóos para organizar los primeros Juegos Olímpicos Europeos de la historia en la Comunidad Valenciana.

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Un evento que no se llegó a realizar y en el que se gastaron 382.000 euros, de un presupuesto inicial de tres millones. Camps recalcó que toda la gestión de la Generalitat está "debidamente fiscalizada y documentada".

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