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Camps evita responder en las Cortes a las preguntas sobre corrupción

El titular de Economía propone reformar el Estatut con el presidente ausente

Las Cortes Valencianas se han convertido en un Parlamento atípico. Y ayer dieron muestra de ello. El presidente de la Generalitat, lejos de responder a las preguntas de la oposición, se dedicó a interrogar a sus adversarios políticos. El vicepresidente económico, Gerardo Camps, en ausencia del jefe del Consell y de la mayoría de miembros del Gabinete propuso a la Cámara reformar el Estatut d'Autonomia. Y la presidenta de las Cortes, Milagrosa Martínez, se pasó la jornada llamando al orden a los diputados de la oposición. Tanto que si hubiese sido un árbitro se hubiese quedado sin tarjetas. Y es que los escándalos de corrupción que afectan a los populares y la penosa situación financiera de la Generalitat han acabado por emponzoñar el Parlamento.

El portavoz socialista, Ángel Luna, interrogó al jefe del Consell por las irregularidades en la concesión de ayudas a la cooperación por parte de la consejería que dirige Rafael Blasco. Preguntó cómo es posible que una ONG sin experiencia presente dos proyectos millonarios diferentes por el mismo importe -exacto hasta el céntimo- y que justifique que abrir un pozo en Nicaragua cuesta 400.000 euros, cuando en Utiel el mismo pozo vale 40.000. Luna también inquirió cómo una fundación que presenta un presupuesto anual de 77.000 euros compra al año siguiente dos pisos que valen medio millón de euros con subvenciones de la Generalitat. Las preguntas quedaron sin respuesta por parte de Camps, que se limitó a señalar que el consejero ya había demostrado que todo eso "es falso" y se dedicó a interpelar a Luna por una reforma de su piso. Fue el preámbulo de un planteamiento maniqueo, donde Luna era "el hijo de la oscuridad", Camps "el hijo de la luz", y Blasco "el que supo cruzar la raya entre la oscuridad y la luz".

Y aún no había terminado el presidente de la Generalitat de explayarse en esta teoría creacionista cuando llegó el portavoz de Compromís, Enric Morera, a preguntar por los contratos de Ràdio Televisió Valenciana (RTVV) con motivo de la visita del Papa a Valencia. Morera preguntó por qué la retransmisión televisiva costó 14,7 millones del erario público, cuando una retransmisión similar le costará 1 millón a la televisión catalana y 1,5 millones a la gallega. Y también preguntó por la legalidad de unos contratos trufados de irregularidades, según la investigación judicial.

Las preguntas quedaron sin respuesta por parte de Camps, que se limitó a señalar que el director general de RTVV ya había "dado cumplida cuenta de su gestión". Luego, el jefe del Consell vaticinó a Compromís el desastre. Hasta el punto de que aseguró que se había planteado convocar elecciones anticipadas "para cambiar la oposición", aunque no lo hizo por responsabilidad "porque el Gobierno y el grupo parlamentario del PP van a ser los mismos". Con este sabor de boca, y Milagrosa Martínez amonestando a cuanto diputado de la oposición de movía -"hoy es que hay algo de nervios", decía-, Gerardo Camps buscó en la sesión vespertina el apoyo de toda la Cámara para mejorar el sistema de financiación autonómica. El consejero de Economía, en ausencia del presidente, propuso reformar el Estatut d'Autonomia para cambiar la disposición adicional primera para lograr que la inversión del Estado en la Comunidad Valenciana, excluido el fondo de compensación interterritorial, sea equivalente al peso de la población sobre el conjunto del Estado por un periodo de siete años. La socialista Cristina Moreno, incrédula, le replicó que cuando presente formalmente la propuesta por registro le contestarán.

Reestreno de Costa con Gürtel al fondo

El ex secretario general del PP valenciano Ricardo Costa se reestrenó ayer como portavoz de temas económicos en las Cortes Valencianas. Y lo hizo con el caso Gürtel como telón de fondo.

La intervención de Costa, rehabilitado tras casi un año de suspensión de militancia del PP, estuvo precedida por la difusión de un nuevo informe policial incorporado al sumario del caso Gürtel que indica que Costa disfrutó "del uso particular y privado, al menos temporal", de una motocicleta de lujo Bombardier Can Am Spyder pagada por Orange Market, la franquicia valenciana de la trama corrupta. Otra motocicleta igual estaba a disposición de Álvaro Pérez, El Bigotes, responsable de Orange Market.

Costa no quiso pronunciarse sobre este último informe policial en poder del juez Antonio Pedreira del Tribunal Superior de Justicia de Madrid, aunque su entorno indicó que ya se pronunciará, si corresponde, ante el juez sobre lo que considera una falsedad.

Con este ambiente previo, Costa saltó a la tribuna de la Cámara en la sesión vespertina para arropar al vicepresidente económico, Gerardo Camps, y su estrategia para reclamar mejor financiación autonómica.

El parlamentario popular ejerció con profesionalidad y recurrió al estilo cañero contra Zapatero. En su reestreno, Costa eludió las chinitas lanzadas por la portavoz socialista de economía, Cristina Moreno, y fue breve y contundente. Lo que animó a la bancada popular a recompensarle con aplausos, aquellos que eran habituales antes de su defenestración como secretario general del Partido Popular.

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