Camps pide la gestión aeroportuaria que el Gobierno ofrezca a Cataluña

La cláusula Camps resucitó ayer. El presidente reunió a medio Consell para estudiar el modelo de cogestión aeroportuaria valenciano. La conclusión no fue muy original: la Generalitat pedirá "el mismo modelo de gestión que el Gobierno ofrezca a Cataluña". La llamada cláusula Camps (la disposición adicional segunda del Estatut de autonomía valenciano) supuestamente permite al Consell exigir las competencias que logren otras autonomías, aunque su alcance práctico está por demostrar.

El ministro de Fomento, José Blanco, tiene previsto presentar hoy en el Congreso su propuesta para la gestión de los aeropuertos españoles. Según los datos que se han adelantado, AENA (Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea) se dividirá en dos. Por un lado quedará Navegación Aérea, controlada por el Ejecutivo. Por el otro, la Sociedad Mercantil Estatal de Aeropuertos (SMEA), propietaria de los aeropuertos españoles, que gestionaría directamente aquellos que no resultan económicamente rentables. Es decir, prácticamente todos, incluidos el de L'Altet en Alicante y el de Manises en Valencia.

El Consell quiere el modelo portuario: la Generalitat manda y el Gobierno paga

En el puñado de aeropuertos que sí ganan dinero, caso de Barajas (Madrid), El Prat (Barcelona) y puede que otros cuatro en todo el Estado, se abriría la puerta a una cogestión limitada. El Gobierno retendría el 51% de la representación, lo que le permitiría nombrar al director. Pero tendría que contar con el otro 49% (que correspondería a la comunidad autónoma, Ayuntamiento y sectores empresariales) para aprobar cuestiones básicas, como el plan director y las inversiones, que requerirían mayorías cualificadas.

Al término de la reunión convocada por Francisco Camps, el consejero de Infraestructuras valenciano, Mario Flores, declaró: "Queremos estar ahí en los acuerdos que se lleguen. Y si Cataluña ha cerrado algún acuerdo especial para tener más participación en esos consejos de administración o en esos acuerdos, nosotros vamos a querer lo mismo, y de ser lo contrario sería un escándalo".

Entre enero y noviembre de 2009, pasaron por L'Altet 8,6 millones de pasajeros, lo que lo situó como quinto aeropuerto español por tráfico, con una caída del 5,6% respecto al año anterior (el descenso medio en el Estado fue del 8,7%). Por Manises pasaron 4,4 millones, un 19,2% menos que un año antes, y quedó relegado a la décima plaza.

Flores culpó de ello a Madrid, argumentando que las inversiones estatales en los últimos 10 años (con Gobiernos del PSOE y del PP) en los aeropuertos valencianos han sido "muy inferiores" a los efectuados en otros. En Barajas, el gasto ronda los 6.000 millones; en El Prat, los 2.500, y en Málaga los 1.500. Mientras que en L'Altet se han invertido 470 millones y en Manises, 300, de los que 110 están por adjudicar, afirmó el consejero. Con inversiones similares, añadió, los valencianos "podrían duplicar el número de pasajeros y, desde luego, ser rentables".

Flores ensalzó el modelo portuario y propuso trasladarlo a los aeropuertos. En los puertos, el Gobierno autonómico nombra al presidente (y por tanto tiene el control) y el Ejecutivo central corre con los gastos.