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Primer paso para juzgar a Camps

Camps renuncia a ir a un acto del PP por temor a las protestas

Centenares de personas piden la dimisión del presidente en Alaquàs

El de ayer era un mal día para celebrar un acto del Partido Popular en Alaquàs, municipio gobernado con mayoría absoluta por el secretario general del PSPV, Jorge Alarte. Tanto que el presidente de la Generalitat, Francisco Camps, renunció a acudir para evitar que su imagen se viese empañada por los silbidos y los gritos de centenares de ciudadanos indignados, tras conocer que el Tribunal Superior de Justicia ha ratificado los indicios de que tanto el jefe del Consell, como su número dos, Ricardo Costa, recibieron trajes supuestamente pagados por la trama de empresas corruptas que dirigía Francisco Correa.

El ambiente se empezó a caldear a partir de las cinco de la tarde frente al Auditorio de Alaquàs, donde el PP había convocado un acto de homenaje a los portavoces municipales del partido que están en la oposición. A las seis y media de la tarde, la tensión alcanzó temperatura de ebullición. Mientras cerca de un centenar de militantes del PP con banderitas y una pancarta de apoyo a Camps intentaba arropar con aplausos a sus dirigentes, otras 300 personas, en las que también había numerosos militantes socialistas, esgrimían decenas de pancartas alusivas a los trajes, la falta de servicios públicos o el accidente de la línea 1 del metro.

Entre los silbidos y los gritos de unos y otros -Imputado, oé, oé, El president a Picassent, Yo quiero ser jurado popular, contestados con mensajes de Camps, presidente- dos hombres caracterizados como el sastre José Tomás y Álvaro Pérez, El Bigotes, provocaban las sonrisas de unos y otros con una parodia sobre los trajes.

La tensión se disparó con la entrada de los miembros del Consell. Primero tímidamente, porque para el público allí congregado algunos, como los titulares de Cultura, Infraestructuras o Agricultura, era unos perfectos desconocidos. Luego, con más virulencia. El titular de Educación, Alejandro Font de Mora, fue el primero al que la muchedumbre le dirigió gritos personalizados. Luego le tocó al responsable de Medio Ambiente, José Ramón García Antón, que además tuvo que pasar entre forcejeos de uno y otro bando y bajo camisetas de la asociación de víctimas del metro. Y finalmente, al vicepresidente Vicente Rambla, rodeado de guardaespaldas, el gentío lo confundió con Camps. Y ahí se arremolinó todo el mundo frente a la puerta.

A la vista de la situación, el secretario general del PP, Ricardo Costa, y el presidente de la Diputación de Valencia, Alfonso Rus, optaron por entrar por la puerta del garaje del auditorio para eludir los silbidos, las pancartas y el tumulto.

Tanto a la entrada, como a la salida, se produjo algún momento de tensión entre algunos de los manifestantes, lo que obligó a la Policía Nacional, que desplegó más de cuatro furgones y cerró la calle, a identificar a los mismos.

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Centenares de personas protestaron ayer contra Francisco Camps frente al Auditorio de Alaquàs, donde se celebraba un acto del PP.
Centenares de personas protestaron ayer contra Francisco Camps frente al Auditorio de Alaquàs, donde se celebraba un acto del PP.CARLES FRANCESC

Un sonoro aplauso para el ausente

Aunque el acto estaba dedicado para elevar la moral de los portavoces municipales del PP que están en la oposición, la atención de los cargos populares se centró en el ausente: Francisco Camps, que tenía que haber presidido el acto de partido en Alaquàs.

El secretario general del PP, Ricardo Costa, también imputado por un supuesto delito de cohecho, se dirigió al auditorio: "Os pido que nos pongamos en pie en un sonoro aplauso al presidente Camps, el más honrado". Costa argumentó: "No nos van a poder acusar de que no estamos fuertes y de que no somos el partido con el presidente más honesto, más honrado y el que más ha hecho por la Comunidad Valenciana".

El presidente provincial del PP de Valencia, Alfonso Rus, fiel a su estilo, fue más contundente: "Olvidaros de los trajes, de las bufandas y de los calzoncillos, lo que intentan es que nuestro presidente se vaya".

Rus, que ayer siguió la estela del argumentario de Camps, instó a los cargos populares a hacer caso omiso de las malas noticias sobre el PP y acusó a determinados medios de comunicación, sin citar ningún nombre, de querer echarlos siempre del poder.

"Somos personas honradas y un partido democrático", remachó Rus, que argumentó que nunca ha criticado a los alcaldes socialistas de los pueblos donde hace mítines.

En el interior del auditorio, los cargos y militantes del PP volvieron a animarse, tras la tensión de la calle, y acabaron con gritos de "¡A por ellos, oé, a por ellos, oé, oé, oé!".

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