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Relevo en la Consejería de Justicia

Camps renuncia a remodelar el Consell y solo sustituye a De Rosa

Paula Sánchez de León asume por sorpresa la cartera de Justicia

El presidente de la Generalitat, Francisco Camps, acabó ayer de deshojar la margarita y renunció a una remodelación del Consell en profundidad, tal y como había rumiado en las últimas semanas. Camps optó finalmente por hacer únicamente el cambio obligado: la sustitución de Fernando de Rosa, ya nombrado vocal del Consejo General del Poder Judicial, por Paula Sánchez de León (Valencia, 1965), licenciada en Derecho y hasta ahora secretaria autonómica de Cohesión Territorial, dependiente de la Consejería de Presidencia que dirige Vicente Rambla. Dos fueron las razones que pesaron finalmente en la renuncia a una remodelación amplia del gabinete. Primero, que no se interpretase la crisis como el fracaso de un modelo de Administración de la Generalitat, con poco más de un año de vida, y nacido al calor de un nuevo Estatut d'Autonomía (que permitió aumentar el número de consejerías) y una amplia mayoría absoluta que permitió a Camps actuar sin hipotecas. Segundo, las dificultades para recolocar a los consejeros que quedasen excluidos en una remodelación de amplio alcance.

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Fuentes de Presidencia recordaron ayer que Camps, en sus cinco años de presidente, nunca ha echado a un consejero. El cupo que le impuso en 2003 Eduardo Zaplana cesó con la nueva legislatura. Así las cosas, Camps optó ayer por mantener un Consell de bajo perfil, donde el vicepresidente primero Vicente Rambla sigue siendo, aún más si cabe, el hombre fuerte del gabinete. El vicepresidente segundo y consejero de Economía, Gerardo Camps, mantiene su actividad desde hace meses a un ritmo más bajo por problemas de salud; mientras que el vicepresidente tercero y consejero de Bienestar Social, Juan Cotino, tiene serios problemas de gestión con la aplicación de la ley de Dependencia. Por esta razón, Camps aprovechó ayer el recambio de De Rosa por Sánchez de León para suprimir la secretaría autonómica que ocupaba la nueva consejera en Presidencia y crear una nueva secretaría autonómica en Bienestar Social.

Con este cambio, el departamento de Cotino en vez de una secretaría autonómica de Bienestar Social tendrá una secretaría autonómica de Familia y Coordinación Social y otra de Autonomía Personal y Dependencia.Otro de los propósitos que ha saltado por los aires es el intento de trasladar una imagen de austeridad. Camps renunció ayer a reducir el número de altos cargos en las 14 consejerías de su gobierno y apostó por reforzar el departamento de Juan Cotino traspasando una secretaría autonómica de Presidencia a Bienestar Social, donde se realizará una reestructuración de las áreas. "Yo anuncie que habría una vicepresidencia social y venimos a poner un instrumento más", dijo Camps.

Fuentes del PP reconocieron que la deficiente aplicación de la ley de Dependencia se está traduciendo en los sondeos en un elemento de desgaste del Consell. El resto del gabinete se mantiene tal cual, pese a la falta de impulso político de algunas consejerías (Cultura o Industria), la polémica gestión de otras (Educación) o las reducidas competencias (Inmigración).

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El presidente resumió los reducidos cambios en el Consell de esta manera: "Creo en este gobierno y en esta estructura, este es el camino emprendido". "Los sondeos indican que los valencianos están muy contentos con la labor de la Generalitat", indicó el jefe del Consell que sentenció que "cada vez que se hace un gobierno es definitivo".

Camps salió al paso de las críticas por falta de austeridad en época de crisis y manifestó: "Somos el gobierno más austero de toda España. El que a lo mejor se plantea la austeridad es porque no lo ha sido. Nosotros hemos sido austeros siempre. Es una forma de ser". Acto seguido, Camps arremetió contra el Gobierno del presidente José Luis Rodríguez Zapatero, al que acusó de mantener ministerios sin competencias efectivas.

El anuncio realizado ayer por Camps pone fin a semanas de especulaciones sobre una remodelación en profundidad, que en ningún momento quiso desmentir el propio jefe del Consell. De hecho, ayer la sensación en el seno del propio gabinete y del PP era de estupor por la resolución de una crisis que el propio Camps podría haber cerrado el mismo día en que se abrió (el pasado 10 de septiembre, cuando se supo que De Rosa iba al Consejo General del Poder Judicial).

La opacidad de Camps llegó a tal extremo que Paula Sánchez de León conoció la propuesta del jefe del Consell sólo momentos antes de comparecer ante los medios de comunicación. Tan de improviso fue la propuesta de Camps, que Sánchez de León posó ante las cámaras con la imagen de quién se ha puesto cómoda para pasar una larga jornada de trabajo en la mesa de su despacho.

Tan sólo una hora antes, Camps había mantenido en vilo a la práctica totalidad de los miembros de su gabinete -que acudieron al último acto de Fernando de Rosa como consejero de Justicia y Administraciones Públicas al Museo de las Ciencias de Valencia- que desconocían si acabarían el día con el título honorables consejeros.

Tras lo ocurrido ayer, los cambios en el grupo parlamentario de las Cortes y la cúpula regional del PP, consecuencia de la remodelación, quedan el aire.

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