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Camps usa las Cortes para atacar a la vicepresidenta del Gobierno

El PP exige derogar un decreto de 2004 que ya quedó anulado por ley en 2005

Francisco Camps no asistió ayer al pleno de las Cortes, pero desde su condición de presidente de la Generalitat y del PP en la Comunidad Valenciana es el primer responsable de la utilización partidista de la sede de la soberanía popular con el único propósito de atacar a la vicepresidenta primera del Gobierno socialista María Teresa Fernández de la Vega, quien encabezará la candidatura del PSOE por Valencia al Congreso en las próximas elecciones generales.

Esteban González Pons y David Serra, portavoces del Grupo parlamentario del PP, recibieron la proclamación de De la Vega como candidata al Congreso hace un mes con una rueda de prensa en la que exhibieron su firma en el decreto de 18 de junio de 2004 que derogó el trasvase del Ebro como supuesta prueba de cargo para desacreditar a la vicepresidenta.

Los responsables del PP debieron disfrutar con la broma y la transformaron en una proposición no de ley "de tramitación especial de urgencia" sobre la derogación de un decreto firmado "hace tres años, cinco meses y diez días", como reiteró ayer David Serra desde la tribuna de las Cortes.

Un decreto que, por otra parte, quedó derogado en noviembre de 2005 cuando el Congreso aprobó "por mayoría democrática" la ley de reforma del Plan Hidrológico Nacional, como apuntó el socialista Ximo Puig.

La bronca desatada por Franisco Camps contra la vicepresidenta del Gobierno el pasado fin de semana a raíz de un supuesto desaire protocolario en la ceremonia de imposición del capelo cardenalicio al arzobispo de Valencia Agustín García-Gasco en el Vaticano fue solo un preludio. Si el presidente de la Generalitat fue capaz de atribuir a De la Vega autoridad sobre los responsables del protocolo vaticano, ayer, en las Cortes, Serra no dudó en calificar a "la vice por Valencia" como "autora material de la decisión política que más daño ha hecho a la Comunidad Valenciana en los últimos siglos".

No hubo debate. No estaba previsto. Solo un rosario de acusaciones contra De la Vega por haber sido candidata de su partido por Jaén, Segovia y Madrid antes que por Valencia en las próximas elecciones generales.

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La arenga de Serra solo desencadenó una tumultuosa bronca política en el hemiciclo que la presidenta de las Cortes fue incapaz de atajar.

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