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Candidaturas conservadoras y leales

La aprobación de las últimas listas electorales permite a Camps desahuciar al zaplanismo y gestionar el resultado del 27-M en el PP

Cuando mañana, lunes, los apoderados del PP en las juntas electorales presenten las candidaturas municipales a los Ayuntamientos, Camps habrá ejecutado, tras varios años de espera, la orden de desahucio del zaplanismo.

Tras haber laminado a los seguidores del portavoz del PP en el Congreso de los Diputados, Eduardo Zaplana, en las candidaturas autonómicas y en la lista municipal del Ayuntamiento de Alicante, Camps sólo tiene pendiente, fundamentalmente, el remate de la faena en Benidorm. La cuna de la carrera política de Zaplana y escenario de tormentosas disputas familiares y de negocios por el control de un municipio señero en España y en la Comunidad Valenciana.

El presidente de la Generalitat y de los populares valencianos no ha ocultado en los últimos días su felicidad por la confección de unas candidaturas a Cortes Valencianas que vuelven a demostrar que existe un liderazgo fuerte en el partido, alejado ya del tridente Olivas-Zaplana-Camps del que formó parte de 2002 a 2003 y de la bicefalia Zaplana-Camps, que soportó en silencio mientras esperaba su turno, entre 2003 y 2004. La pérdida del Gobierno central por parte del PP, la paciencia y el manejo del Diari Oficial de la Generalitat Valenciana por parte de Camps hicieron el resto: debilitar a los zaplanistas de manera lenta pero constante hasta hoy.

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Controlar los apoderados

Ello, probablemente, ha tenido un coste que el entorno del propio Camps ha intentado compensar. Por un lado, con un optimismo hiperbólico, al asegurar que aumentarán la diferencia electoral obtenida en las últimas elecciones autonómicas sobre los socialistas. Por otro, con unas candidaturas conservadoras destinadas a reforzar el liderazgo de Camps en el Grupo Popular que saldrá del 27-M, independientemente del resultado que se obtenga.

El dirigente del PP en la Comunidad Valenciana ha decidido primar en las listas a Cortes Valencianas la fidelidad, probablemente con la única excepción de los tres consejeros zaplanistas, Miguel Peralta, Gema Amor y Alicia de Miguel. Incorporación que permite a Camps asegurar que todo el PP está representado y obtener garantías de que no se enfrentará a una crisis de gobierno en plena campaña electoral.

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El resto de candidatos autonómicos está compuesto por su núcleo duro de Presidencia -Ana Michavila y José Marí, integrados en la lista por Castellón en la que repiten todos los seguidores del presidente provincial Carlos Fabra-, la totalidad de los consejeros -con un encargo de especial relevancia para Gerardo Camps que tendrá que tirar de la campaña autonómica en Alicante donde es cabeza de cartel- y un sinfín de alcaldes, incluidos varios imputados -que fueron los que le dieron el poder orgánico en los momentos más difíciles de la pugna con Zaplana-.

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