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Cargos de la Generalitat pagaron compras de supermercado con fondos públicos

Dos altas responsables de la antigua Consejería de Medio Ambiente, Agua, Urbanismo y Vivienda cargaron gastos de compras efectuadas en supermercados a la caja fija del departamento. Algunos apenas superaban los dos euros. Los tiquets, con las confirmaciones en muchos casos de las propias personas que los pasaban al cobro, a los que ha tenido acceso este diario, revelan la variedad de motivos considerados válidos para echar mano de los fondos públicos con la justificación de gastos de locomoción, dietas o material.

Así, por ejemplo, la entonces secretaria autonómica de Medio Ambiente, María Ángeles Ureña, cargó un recibo de 2,52 euros el 4 de septiembre de 2010 por la compra de leche semidesnatada a los gastos de la consejería, dirigida por Juan Cotino. A lo largo de una semana, entre el 17 y el 25 de noviembre, Ureña pasó al cobro tiquets de compra por 5,28; 10 y 9,27 euros por raciones de "pechuga Villarroy" y de paella adquiridas en unos grandes almacenes; de 11,15 euros por golosinas de fresa, picotas de cereza, un rollo de hogar, unas servilletas, dos paquetes de galletas de mantequilla y unos huevos kinder; y de 5,97 euros por dos productos de Activia y unos tomates Raff.

Por su parte, la entonces directora general de Paisaje, Arancha Muñoz, hoy secretaria autonómica de la consejería de dirige Isabel Bonig, también cobró de la caja gastos de desayunos o tiquets de 7 euros por la compra de frutas y rosquilletas, como refleja un tiquet del 20 de octubre de 2009. Sin embargo, las conformidades de gasto, que en ocasiones otorgaban las mismas Ureña o Muñoz y en otros casos iban firmadas por el jefe de gabinete de Cotino, Ignacio Calabuig, un cargo de confianza, incluyen gastos más cuantiosos.La Consejería de Medio Ambiente pagó 300 euros por la asistencia de tres técnicos de urbanismo y 100 euros por la de la secretaria autonómica María Ángeles Ureña a una conferencia, el 20 de mayo de 2010, del entonces consejero Juan Cotino en el Foro Económico Financiero de la Fundación Vives, una entidad muy vinculada a Cotino. Se trataba de un "almuerzo-conferencia" y la propia Ureña lo certificó como "gastos de restauración".

Su compañera de departamento, la actual secretaria autonómica, Arancha Muñoz, podía justificar el 7 de julio de 2009 una comida de tres menús en un restaurante por 256,80 euros y, un mes antes, otra, también de tres menús, por 89,88 euros en otro establecimiento sensiblemente más barato.

Muñoz, que promovió el Plan de Acción Territorial de la Huerta de Valencia, echó mano de la caja fija del departamento de Medio Ambiente en diversas ocasiones para sufragar gastos de traducción del inglés al español y del español al inglés de diversos documentos. Entre ellos, el libro Estudio del paisaje visual de la Comunidad Valenciana. que ella misma había redactado. Así, en agosto de 2009 pagó 1.276 euros por la "traducción, escrita del inglés al español, del documento Green Infraestructure"; en septiembre, 1.859,51 euros por la traducción al inglés del Estudio del paisaje visual de la Comunidad Valenciana y 293,47 por la traducción de portada y desplegables del documento The new landscape policy of the Region of Valencia; en octubre pagó 327,12 euros por el "apoyo lingüístico in situ, español-inglés" en una actividad relacionada con el libro sobre la Huerta y 3.207 euros por la "adaptación al inglés", esta vez del Plan visual de la Comunidad Valenciana.

La versatilidad en la utilización de la caja fija para hacer frente a gastos de todo tipo queda certificada porque también se cargó directamente a los fondos de la consejería una degustación de horchata en diciembre de 2009 que costó 1.180 euros.

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El contexto de crisis económica y la grave situación de las cuentas de la Generalitat han llevado, precisamente, al actual consejero de Hacienda y Administración Pública, José Manuel Vela, a implantar un plan de ajuste y una racionalización de las compras de material y los gastos corrientes en toda la Administración de la Generalitat. Algo que parece incompatible con el uso discrecional de la caja fija que se ha venido haciendo en bastantes departamentos de la Generalitat.

Otro aspecto, relacionado con el anterior pero con repercusiones incluso más importantes, es el uso de la caja para pagar servicios que, debido a su cuantía, tenían que haber sido otorgados por concurso, una fórmula que debe aplicarse cuando el coste supera los 12.000 euros.

En la documentación a la que ha tenido acceso este periódico sobre los pagos realizados desde la caja de la Consejería de Medio Ambiente, Agua, Urbanismo y Vivienda, que dirigía Juan Cotino, figuran dos pagos aprobados por el gabinete técnico del entonces consejero, de 11.334,59 euros, el 11 de junio de 2010, y de 10.918,70 euros, el 25 de ese mismo mes, al bufete Uría Menéndez por la elaboración y revisión del "Decreto de información y participación pública en medio ambiente". Ninguno de los dos pagos supera el límite que obligaría a una adjudicación por concurso, pero los dos están muy cerca y se refieren al mismo encargo.

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