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Los recortes del Consell

Castedo trata de calmar ánimos y estudiará mejoras en el bono oro

La presión social empieza a surtir efecto. La alcaldesa de Alicante, Sonia Castedo, anunció ayer, aunque sin comprometerse, su voluntad de suavizar los recortes que sufren los pensionistas y jubilados en su bono de autobús. Tras las críticas vertidas por los representantes de 11 asociaciones de vecinos después de reunirse el lunes con el edil de Tráfico, Juan Seva, y después de que se creara una plataforma a propuesta de CC OO y UGT en defensa del bono oro, Castedo trató de apaciguar las aguas. La regidora aseguró que espera poder ampliar este año el número de viajes gratuitos en autobús para los pensionistas y jubilados con las rentas más bajas. Un aumento que no llegará a los 90 viajes al mes que existían hasta la fecha. La medida no agradó al colectivo afectado y un portavoz del mismo, ayer, consideró que el anuncio solo pretende dividir a los pensionistas y jubilados.

"No me puedo comprometer hasta que no tenga constancia real de los nuevos ingresos del Ayuntamiento", espetó Castedo, quien vinculó esta decisión a los ingresos que lleguen de la subida del IBI. La regidora insistió en que el equipo de gobierno estudia las rentas que declaran los ancianos para diferenciar entre quienes tienen pagas no contributivas y el resto. Con todo, reiteró que la decisión de recortar los viajes gratuitos en autobús a los ancianos se ha tomado "porque no existe otra alternativa".

Por otro lado, ayer la junta de personal del Ayuntamiento anunció que pedirá la dimisión de Seva, también delegado de Hacienda, por los recortes anunciados para los trabajadores municipales.

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