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Cervera se reafirma en su oposición al tabaco

Apela a tener "alguna consideración" con los hosteleros

El consejero de Sanidad, Manuel Cervera, se manifestó ayer de nuevo partidario de la "absoluta prohibición del tabaco" en los lugares públicos. Pero, a la vez, defendió "una cierta consideración de algún tipo" con los hosteleros, precisamente en la misma semana en la que este sector se ha manifestado abiertamente contrario al endurecimiento de la actual ley antitabaco.

No es nueva la postura contraria al tabaco del consejero, ni de su director general de Salud Pública. Cervera ya había mostrado su oposición a permitir fumar en espacios públicos. Y, tras el anuncio de la ministra de Sanidad, Trinidad Jiménez, de endurecer la normativa antitabaco, el consejero anunció su postura favorable a la aplicación sin excepciones y con rigor de esta norma y, pese a calificar la medida de "improvisación del Gobierno", se mostró "totalmente de acuerdo".

El consejero insiste en prohibir los los cigarrillos en espacios públicos

Ayer, Cervera mantuvo este discurso e introdujo otro difícilmente conciliable, que es el que defienden en los hosteleros. No es que no insistiera en su antitabaquismo. Apeló a su formación de oftalmólogo para señalar que "como cualquier persona dedicada a la gestión sanitaria" y como "profesional sanitario" está "absolutamente en contra" del consumo de tabaco y se mostró favorable a que "se tomen las medidas necesarias para que el consumo de tabaco en lugares públicos no se realice".

Sin embargo, se mostró dispuesto a considerar algunas de los motivos planteados por el sector de la hostelería en contra de la intención del Ministerio de Sanidad.

Cervera aludió a un argumento al que los hosteleros apenas dieron importancia. El consejero apuntó que la pasada ley "no fue suficiente" porque "lo que hizo fue hacer invertir una serie de cantidades económicas que parece que ahora no sirven".

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Cervera se refería a la necesidad de separar las áreas de fumadores y no fumadores. Precisamente, la forma elegida por el Gobierno valenciano para esta compartimentación fue el origen de una disputa que aún no se ha cerrado con el Gobierno y que ha costado a la Comunidad Valenciana 4,5 millones de euros en ayudas de campañas contra el tabaco que no ha recibido la Generalitat como castigo.

Cervera apostó por cuadrar el círculo de "hacer coincidir la absoluta prohibición del tabaco con una cierta consideración de algún tipo para los hosteleros" ya que aunque la limitación del consumo "beneficia a la salud de los ciudadanos, también hay que tener en cuenta el panorama económico en el que se vive".

Estas razones, la de la crisis económica y las catastróficas consecuencias que tendrá en bares, restaurantes y locales de ocio la prohibición total, fueron el motivo central al que se aferraron los hosteleros para justificar su oposición a la futura norma. Precisamente, fueron estos motivos, los del impacto económico en el sector, los que llevaron también a los bares y restaurantes a atacar la ley antitabaco vigente desde 2003. Y que, curiosamente, ahora defienden como positiva y ajustada a la realidad social, frente a las intenciones del Ministerio de Sanidad de endurecerla.

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