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El Consell sugiere un traslado de la planta de gas prevista en Vinaròs

El Consell sigue "con cautela" el denominado proyecto Castor de la empresa Escal UGS que pretende aprovechar como depósito de gas una antigua explotación petrolífera a 20 kilómetros de las playas de Vinaròs y que el Ministerio de Industria sometió a información pública el pasado 2 de agosto. El depósito requiere una planta transformadora que se instalaría sobre suelo del término municipal de Vinaròs. Vicente Rambla, portavoz del Consell, comentó ayer que la iniciativa tiene "aspectos positivos" puesto que constituye una alternativa que garantizaría el suministro de gas a la Comunidad Valenciana "y otras". Pero apuntó "dificultades en cuanto a la ubicación física" de la planta transformadora, prevista en una zona del término de Vinaròs que "tiene una enorme trascendencia para el municipio". Dadas las circunstancias, el portavoz del Consell sugirió que "podrían encontrarse algunas ubicaciones físicas mejores, en Vinaròs o en otros municipios limítrofes del sur de la provincia de Tarragona", entre los que citó Alcanar o Ulldecona

Técnicos de las consejerías de Industria, Infraestructuras y Medio Ambiente analizan el proyecto, pero la Generalitat Valenciana no planteará alegaciones al mismo. "Nos corresponde elaborar un informe", explicó una portavoz de la Consejería de Infraestructuras, "es lo que nos pidió el Ministerio de Industria".

Además, ese informe, cuyo plazo de presentación no está sujeto al periodo establecido para las alegaciones al proyecto, "no será vinculante", añadió la misma fuente.

Sospechas

Mientras el Gobierno valenciano apela a la cautela y alude a su falta de competencia para paralizar el proyecto, la Plataforma Ciudadana de las tierras del Sènia convocó un acto público en Vinaròs la noche del jueves para argumentar su oposición a la planta transformadora.

Lluc Ulldemolins, portavoz de la plataforma, y el químico Aitor Mimendia, explicaron que la planta regasificadora prevista no será rentable por sí misma y expresaron sus sospechas sobre la futura construcción de una central térmica de ciclo combinado cuyas emisiones serían notables, y aseguraron que el gaseoducto submarino previsto será muy dañino para el sector y limitará la capacidad de reproducción de las especies de los dos arrecifes artificiales junto a los que discurrirá la tubería submarina. Ambos esgrimieron el impacto que tendrá sobre el turismo la construcción de una torre de sesenta metros en el delta del Ebro y de otras dos de cincuenta metros a dos kilómetros de la costa de Vinaròs.

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Al acto asistieron Jordi Romeu, alcalde de Vinaròs, y concejales de todos los partidos representados en las corporaciones municipales de Vinaròs y Alcanar. Mañana está prevista una marcha desde Alcanar a la finca que albergará la regasificadora en protesta contra el proyecto.

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