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Consell y universidades rescatan la Valencian International University

Los rectores se incorporan al patronato del campus virtual fraguado por Camps

La Generalitat busca salvar los muebles de la Valencian International University (VIU) con la incorporación de las cinco universidades públicas al campus virtual fraguado hace siete años, de espaldas al sistema universitario, tras la apuesta fallida de expansión del expresidente Francisco Camps. Con menos de un millar de alumnos este curso y un ambicioso despliegue de tecnología para impartir "docencia en alta definición" -pero con una oscura gestión sujeta a derecho privado y financiada con dinero público-, el actual consejero de Educación, José Ciscar, y el nuevo rector Juan Manuel Badenas han tenido que rendirse ante la evidencia: sin la incorporación de las univesidades valencianas, el crecimiento de la plataforma on line que nació en 2009 no funciona a igual ritmo que la sangría económica anual que supone mantenerla, incluso después de haber abaratado los precios de matrícula a la mitad de los 3.000 euros que costaba un máster en su primer año.

La VIU no podrá impartir titulaciones que no tengan demanda

El consejero Ciscar anunció ayer tras una reunión de trabajo con Badenas que "antes de finalizar el año" los cinco rectores de las universidades públicas valencianas se incorporarán a los órganos de gestión de la VIU para ejercer decisiones de forma nada testimonial. "La VIU está adaptando las características de su plataforma tecnológica para impartir conjuntamente cursos de adaptación, grados y másteres, con cada una de las cinco universidades públicas, con el objeto de atraer a estudiantes no solo valencianos, sino del resto de España y del extranjero", afirmó Ciscar. "El acuerdo", precisó, "está muy avanzado para que la plataforma tecnológica de la universidad on line sirva al conjunto del sistema universitario público para impartir docencia".

A partir de ahora, según adelantó el propio rector del campus virtual, la VIU seleccionará muy bien las áreas de conocimiento que impartirá y el grado de excelencia de la docencia. "El contenido de nuestras titulaciones tiene que estar a la altura de una universidad que quiere contribuir a la proyección nacional e internacional del sistema universitario valenciano", puntualizó el rector. Esto significa que el primer acuerdo consensuado ya entre "todos" es que la VIU "no impartirá titulaciones que no tengan una suficiente demanda del número de estudiantes".

Esta nueva orientación responde a una pura razón económica: las dificultades de tesorería de la Generalitat -obligada a a aplazar la subvención fija anual y la deuda histórica de las universidades públicas- fuerza a una política de contención a la hora de contratar plantilla docente y dispensar a la VIU de cumplir con el límite de 45 alumnos matriculados para abrir un grupo. Este modelo de gestión ya no es sostenible para Educación.

La crisis y la gestión "austera" con la que se ha comprometido el presidente Alberto Fabra, y con la que lidia el consejero Ciscar, obligan a concretar las acciones y los pasos a dar. Lo único claro es que la entrada de los rectores en la Fundación de la VIU implica transparencia en la gestión (cosa que no ocurrió con el mandato del exrector fundador, José Sanmartín) y coherencia en la oferta de títulos.

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