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Controlado el incendio de Benicolet tras afectar a casi 1.500 hectáreas

El Consell Valencià de Cultura reclama una gestión sostenible de los bosques

El incendio forestal que se declaró el viernes por la noche en la localidad valenciana de Benicolet quedó extinguido a media mañana de ayer tras arrasar casi 1.500 hectáreas de matorral y arbolado. Uno de los dos frentes en los que se propagó el fuego, al parecer provocado, quedó controlado en la tarde del sábado, pero el otro se cebó en un barranco de difícil acceso y permaneció activo hasta bien entrada la mañana de ayer.

La Consejería de Gobernación informó ayer de que las tareas de extinción del fuego de Benicolet -que afectó también a los términos municipales de Almiserà, Rótova y Llutxent- habían concluido y que los trabajos se centraban desde ese momento en sellar y enfriar el perímetro del incendio y realizar descargas de retardante, con el fin de que no se reavivaran las llamas. El otro incendio que continuaba activo en la Comunidad Valenciana, el de Benigembla (Alicante), también quedó estabilizado ayer y sin llamas, tras quemar 96 hectáreas.

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En la extinción de estos dos incendios trabajaban en la mañana de ayer un total de 450 personas, que contaron con el apoyo, desde primera hora del día, de 24 aviones y helicópteros.

La Delegación del Gobierno en la Comunidad Valenciana informó de que durante el fin de semana se han desplazado hasta las zonas afectadas por los fuegos aviones anfibios propiedad del Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino, así como un helicóptero bombardero, además de la Brigada de Refuerzo contra Incendios Forestales (BRIF) de Pinofranqueado (Cáceres), así como un centenar de integrantes de la Unidad Militar de Emergencias (UME).

El incendio de Benicolet obligó el sábado a desalojar de forma preventiva, debido al humo, unas 40 viviendas de la urbanización Montevernisa. Lo mismo sucedió en otro incendio que afectó el sábado a la localidad alicantina de Castell de Castells.

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El presidente del Consell Valencià de Cultura (CVC), Santiago Grisolía, manifestó ayer su preocupación por los últimos incendios forestales declarados en la Comunidad Valenciana y reclamó una política de gestión sostenible de los bosques y una adecuada planificación del territorio y los usos del suelo, como principales medidas de prevención. Grisolía insistió en la importancia de la educación social y en un mayor control de las prácticas de quemas agrícolas para garantizar la conservación del patrimonio.

Los miembros del CVC firmaron en 2010 la declaración Hacia la consideración penal de los incendios forestales como crímenes contra la Humanidad y la Biosfera, en la que insistían en la necesidad de avanzar hacia la consideración penal de los incendios como crímenes, u otra figura similar adecuada, punibles contra la humanidad y la biosfera. El CVC también aprobó un informe para solicitar la revisión y actualización de las penas de los pirómanos, además de solicitar a las instituciones las actuaciones para que se castigue con el máximo rigor a los autores de los incendios.

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