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"La Copa es mejor"

Las pruebas de Fórmula 3 congregan a poco público y no cumplen las expectativas de comerciantes y restauradores

Se esperaba una avalancha que no llegó. La convocatoria de la Fórmula 3, ensayo general del Gran Premio de Fórmula 1 del próximo 24 de agosto, no fue capaz ayer, jornada de entrenamientos, de congregar al público que se esperaba. La Policía Local reconocía por la mañana que su expectativa de afluencia era mayor.

El preestreno de ayer fue contestado con: "La Copa [del América] es mucho mejor", era el sentir general de la mayoría de las personas consultadas por este diario. Los hoteles del marítimo estaban al completo.

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Los negocios situados en el perímetro del circuito no se veían muy satisfechos. "La organización está muy desorganizada", decía el propietario de L'Estimat, uno de los restaurantes clásicos del Paseo Neptuno, molesto por la mala señalización y las dificultades de acceso a esta avenida. El establecimiento pensaba abrir hasta el 24 de agosto, pero a la vista de la situación cerrará mucho antes. "Con la Copa hemos trabajado mucho y bien casi nueve meses. Con la F-1 son dos días y muchas molestias", concluye.

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"Siempre tenemos mucho trabajo, hoy [por ayer] ha sido un buen día, pero hemos tenido seis o siete cancelaciones de reservas porque los clientes no podían llegar". Lo explicaba el encargado del restaurante La Pepica. Y es que a las molestias de la F-3 se añaden las obras del aparcamiento previsto en esa avenida, que arrancaron inoportunamente al inicio de la temporada estival.

Los bares más próximos al circuito tuvieron una discreta clientela comparado con las expectativas y con la experiencia de la pasada competición naútica. Un quiosco cercano al puerto registraba al mediodía poca clientela, se quedaba a primera hora con la mitad de la terraza por orden de la policía y sin previo aviso. "No hay alegría. Hay gente, pero poco gasto", concluía Juani, de 42 años, dueña del chiringuito.

A 50 metros escasos del circuito, una cafetería-bar tiene al mediodía dos o tres clientes dentro. Miguel Ángel, de 38 años, comenta detrás de la barra: "La gente viene con los trastos para ir a la playa, curiosea un rato y sigue su camino". Demuestra saber bastante de la prueba, incluso lleva en torno al cuello unos tapones verdes fosforito para protegerse de los decibelios, pero aun así confiesa que el ruido es un fastidio. Además, cuando la Copa, a esa hora tenía el bar lleno.

Unos cientos de metros más allá, al sur, el pequeño comercio, desde Natzaret a El Cabanyal, afrontó la carrera entre la resignación y la protesta: muchos decidieron cerrar y los que abrieron hicieron escasa caja. Otros bares como Primitivo, en la avenida de Baleares, o comercios tradicionales de las calles de Bello, Sanmartín o Juan Verdeguer tuvieron mínima afluencia a pesar de que la mayoría de los negocios optó por cerrar. "Aquí hoy no ha venido nadie, hemos abierto porque tenemos un grupo de habituales que vienen a desayunar los sábados y nos sabía mal, pero la gente va a ver si ve algo de las carreras, algún famoso, coches espectaculares y ya, no hay dinero para esperar la competición consumiendo", decía Ángel Vicente, responsable de uno de los bares.

Ayer fue una jornada en la que también se ensayaron el dispositivo de seguridad, el de emergencias y los transportes. Según el Ayuntamiento de Valencia, que admitió la poca afluencia de público, no se registró ninguna incidencia. El transporte público funcionó dentro de lo previsto y las modificaciones para mejorar los servicios se conocerán, si se realizan, en los próximos días. Por su parte, Valmor Sport, empresa que gestiona el evento, no hará hasta hoy balance de la prueba de F-3.

Una vista del circuito, en la zona de la dársena, con los yates al fondo.
Una vista del circuito, en la zona de la dársena, con los yates al fondo.SANTIAGO CARREGUÍ

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