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Apuntes

Débil igualdad universitaria

Muchas nuevas carreras han perdido la ocasión de incorporar la visión de género

Con la aprobación, hace dos años, de la ley orgánica para hacer efectiva la igualdad entre mujeres y hombres, las universidades se vieron obligadas a crear estructuras que propiciaran políticas de igualdad entre ambos sexos. Pero, además, la ley reclamaba "la inclusión, en los planes de estudio que proceda, de enseñanzas en materia de igualdad entre mujeres y hombres". La coyuntura, es decir, la obligada reconversión de las carreras en los llamados grados para adaptarse a las directrices europeas, dibujaba un escenario propicio para sensibilizar a través de asignaturas universitarias en materias de igualdad. ¿Qué ha pasado con los nuevos grados que han empezado a implantarse este curso?

La carrera modelo es Trabajo Social y el caso contrario, el de Criminología

Olga Quiñones, directora de la Unidad de Igualdad de la Universitat de València, explica: "El balance, aunque todavía quedan carreras por evaluar, es ambivalente, porque si bien algunas de las propuestas y recomendaciones emitidas desde la unidad se han incorporado en la redacción final de los nuevos títulos, el resultado final no puede considerarse satisfactorio, quizá no se ha aprovechado la gran oportunidad que teníamos. En los títulos de Ciencias Sociales y Humanidades la exigencia de formación en igualdad es mayor, ya que profesionalmente deben estar capacitados para abordar situaciones de desigualdad específicas de su práctica laboral".

La unidad ha realizado un diagnóstico a más de 40 carreras. Una veintena de especialistas han propuesto desde indicaciones lingüísticas y tratamientos transversales hasta asignaturas obligatorias. Se han logrado algunas reivindicaciones y otras han quedado en el tintero, porque el informe no tiene capacidad vinculante.

"Si hubiera que hacer una valoración por títulos, la carrera modelo es Trabajo Social, donde se plantea una materia básica obligatoria, un itinerario específico de Igualdad, y una serie de materias optativas, de manera que la Universitat de València formará a profesionales especialistas en materia de género". El envés se ve en el nuevo grado de Criminología y de Ciencias Políticas, según Quiñones, donde sin ambages tilda como "muy negativo" que en la primera no haya ninguna materia básica, con el perjuicio para los titulados que habrán de enfrentarse a casos de violencia de género y, en Ciencias Políticas, "llama la atención que no se haya considerado una materia básica de políticas de igualdad, cuando está ya en la agenda política y económica de todos los países europeos".

En la zona intermedia hay todo un crisol de situaciones: "Las ingenierías, por ejemplo, han hecho un gran esfuerzo y han mejorado porque, además de revisar el lenguaje, incorporan contenidos de igualdad en una materia básica, Ingeniería, Sociedad y Universidad. En Comunicación Audiovisual hay una materia básica obligatoria, sin embargo, no se ha conseguido en Periodismo, Derecho, y en otros títulos, como los de Educación, Psicología y Filosofía, incluso ha habido una disminución en los contenidos del nuevo plan", puntualiza.

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¿Quién decide que un nuevo grado incorpore más o menos asignaturas de este tipo? En primera instancia, la comisión de elaboración de planes de estudios de cada carrera. Pero Quiñones apunta una responsabilidad más alta: "Los sucesivos ministerios encargados de universidades deberían de haber desarrollado unas directrices claras a la hora de construir los nuevos planes de estudio. No ha sido así, propiciando los mismos problemas que se han venido dando en cualquier reforma anterior, y una auténtica batalla campal por conservar o introducir asignaturas". Más en un contexto donde las carreras se reducen a cuatro años para adaptarse a Bolonia. También indica que en la Universitat "ha faltado tiempo" para negociar las demandas de la Unidad de Igualdad: "los informes de la Unidad de Igualdad se realizaban en muchas ocasiones una vez que el grado se sometía a exposición pública, ya en periodo de alegaciones".

La prevista reunión de los ministros de Igualdad y de Educación con las responsables de Igualdad de las universidades para estudiar la inclusión en los planes de estudio de materias de igualdad se producirá cuando, sólo en la Universitat, una veintena de grados ya han empezado a impartirse.

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