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Tribuna:UN EPISODIO 'OLVIDADO'
Tribuna
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El Estatut de los "reformistas azules" del franquismo

El experimento de los Balcanes no es nuevo en la historia. La creación de seis estados nacionales a resultas de la desmembración de la Yugoslavia de Tito es más la necesidad de supervivencia del la anterior burocracia comunista que el supuesto ejercicio del derecho de autodeterminación de las federaciones. Apoyada, eso si, por la República Federal Alemana o por el Estado del Vaticano, según los casos. Ocurrió lo mismo con la desmembración de la antigua URSS. Si eso es bien sabido, ¿por qué traerlo como referencia en este artículo? Pues porque aquí, en el País Valenciano, también hubo un esfuerzo muy serio por parte de la antigua élite política del franquismo de perpetuarse en el poder mediante su pretendida constitución en elite política regionalista. Me refiero a los "reformistas azules" de la Transición, los que posteriormente constituirían AP, URV y, en parte, la UCD en Valencia; eso sí, según sus respectivas lealtades madrileñas más que su ideología.

Fue la primera vez que procuradores y consejeros valencianos actuaron unitariamente
La contribución de los "reformistas azules" a la evolución política valenciana fue decisiva

Es importante el hecho. Porque disiente de lo generalmente aceptado, de que existe una continuidad excluyente, casi lineal, entre el combate por la autonomía, realizado por la oposición democrática, y el resultado de la negociación del Estatuto de Autonomía. Continuidad entre la izquierda nacionalista de los felices 60 y el verano de 1982; entre Joan Fuster y Joan Lerma. Entre el acuerdo suscrito por la Taula de Forces Polítiques i Sindicals del País Valencià de 22 de agosto de 1976 y la Ley Orgánica 5/1982, de 1 de julio de 1982, la de aprobación del Estatuto. Y no es así, porque si bien unos ganamos y otros no tanto, la contribución de los "reformistas azules" del franquismo a la evolución política de los valencianos fue decisiva, al menos por su influencia ideológica en el tiempo. Y la historia debería tenerlos en cuenta.

En efecto. Mientras en la primavera de 1976 se daba la unidad de acción entre las fuerzas democráticas de oposición -la Junta Democràtica y el Consell Democràtic del País Valencià- desde dentro de la dictadura los reformistas del franquismo elaboraban y presentaban su proyecto regional de autonomía. Así, y después de una larga gestación, el 23 de junio de 1976 era presentado en el Palacio de las Cortes Españolas un Ruego dirigido al presidente del Gobierno, Adolfo Suárez, apoyado por la casi totalidad de procuradores en Cortes y consejeros nacionales del Movimiento de las tres provincias valencianas "solicitando la autonomía económica, administrativa y cultural de la Región Valenciana". La petición fue publicada en el Boletín Oficial de las Cortes (nº 1525 y 1539, de 12 de agosto y 19 de diciembre de 1976). El texto del Ruego al Gobierno estaba redactado y formulado por el procurador en Cortes por Valencia José María Adán García; firmado por él mismo y por una amplia lista de procuradores a Cortes y consejeros nacionales.

La lista de procuradores a Cortes Españolas y Consejeros Nacionales del Movimiento -antigua FET de las JONS- que firmaron el Ruego al Gobierno del presidente Suárez solicitando la autonomía era extensa. Parte de ellos los encontraremos en las listas de AP o de la UCD el 15 de junio de 1977. Se trata de José María Adán García, Alberto Jarabo Payá, Francisco Martínez Estenaga, Fernando Fugardo Sanz, Tomás Bonilla Sanrafael, Fernando Mateu de Ros, José García-Caro Escardo, Roberto Brocal Olmos, Vicente Ferrer Mondina, Jesús Aparicio Bernal, Pedro Zaragoza Orts, Julio de Miguel Martínez, Juan Reig Martín, Gabriel Solé Villalonga, Miguel Ramón Izquierdo, Adolfo Rincón de Arellano, Marcos Rico Gutiérrez y José Antonio Perelló Morales.

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Era la primera vez que los procuradores y consejeros nacionales de Castellón, Valencia y Alicante actuaban unitariamente, lo que evidencia la amplia coincidencia en el propósito de querer alcanzar la autonomía en ese momento histórico de la reforma política, pese a las diferencias con otros proyectos políticos de reforma del franquismo que los diferenciaba entre sí. El Ruego iba dirigido a obtener del Gobierno la descentralización administrativa y la autonomía política de la Región Valenciana. En el texto, los procuradores signatarios, verdaderas autoridades del poder local y territorial en las tres provincias, exponían el concepto de Estado Nacional Español con arreglo a su propia concepción política: la región como entidad intermedia entre los municipios y el Estado, y la necesidad de la regionalización al haberse superado el centralismo como método de ordenación, desarrollo y vía de convivencia, manifestando que la Región Valenciana "quiere un régimen de autonomía". La concreción política de su propuesta era la siguiente:

Que se dictara una ley general que desarrollara el proceso de regionalización en España.

Que se nombrara una comisión de carácter representativo que estudiara y dictaminara la autonomía para la Región Valenciana.

Que la autonomía valenciana abarcaría el ámbito territorial de las tres provincias de Alicante, Castellón y Valencia y el institucional de las tres Diputaciones.

Que la autonomía valenciana se insertase en la indisoluble unidad de España.

Que se crease un órgano capaz de asumir las tareas que corresponda a la Región y de gestionar las competencias estatales a él transferidas, esto es: un gobierno autonómico de base representativa.

Que se dictase un concierto económico con el Estado para la política fiscal.

Que se respetase profundamente la personalidad valenciana, histórica y cultural, sin interferencias ni dependencias de género alguno. El reconocimiento de la realidad bilingüe valenciana se concretaría en la declaración oficial del uso de las lenguas valenciana y castellana.

Que la Región Valenciana quedara abierta a todas las fórmulas de colaboración, no solo del Estado, del que forma parte, sino de todas las regiones sin preferencias ni discriminaciones con respecto a ninguna de ellas

La propuesta de los procuradores y consejeros nacionales del Movimiento de Castellón, Valencia y Alicante tuvo un eco cívico relevante. Fue aceptada y secundada por las tres diputaciones provinciales de Alicante, Castellón y Valencia, por un gran número de ayuntamientos de las tres provincias, por el Ateneo Mercantil de Valencia, la asociación cultural Lo Rat Penat, la federación de Sociedades Musicales de las tres provincias, el Instituto Valenciano de Economía, las cámaras de comercio, el Instituto de Estudios Políticos y Sociales del Movimiento Nacional en Valencia y un largo etc.

Se trataba de un proyecto de autonomía basado en una profunda reforma de la organización territorial del Estado franquista, alternativo al que había cuajado en la declaración de la Taula de Forces Polítiques i Sindicals del País Valencià. Sus líneas de acción básicas eran las siguientes: 1º. Una profunda descentralización administrativa del Estado en un marco nacional común, España; 2º. Caracterización del País Valenciano como una Región; 3º. Un estatuto de autonomía de amplias competencias administrativas, incluida la figura fiscal del cupo; 4º. Defensa de la recuperación de la lengua propia, el valenciano, y de la historia y de la cultura valenciana, diferenciada del catalán; y 5º. Establecimiento de un marco de colaboración con el resto de regiones españolas, sin preferencias con Cataluña y las Islas Baleares.

El Ruego tuvo como respuesta la dada a las Cortes el 19 de noviembre de 1976 (BOC nº 1539) en la que hacia pública su voluntad descentralizadora. Sin más efecto. Posteriormente, el "proyecto de autonomía de los procuradores y consejeros" matizado, lo hizo suyo Alianza Popular en las elecciones de junio de 1977. Posteriormente fue la base de la propuesta política de Unión Regional Valenciana y en parte de la UCD, dando sentido político a las alternativas regionalistas del centro-derecha en lo que sería más tarde la Batalla de Valencia frente a la izquierda -PSOE y PCE- y a los minoritarios partidos nacionalistas valencianos -PSPV, UDPV y PDLPV-. Si hubiéramos empezado por ahí, nos hubiéramos ahorrado tiempo para explicar las razones de pase del Roig al Blau. Después de todo, ¿Fernando Abril Martorell no era un "reformista azul"?

Josep Maria Felip es profesor de la Universidad de Valencia.

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