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El tijeretazo de Año Nuevo
Columna
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Evitar la bancarrota

La situación económica y financiera de la Generalitat Valenciana es gravísima y está al borde de la bancarrota. Carece de los recursos necesarios para hacer frente a sus obligaciones de pago a corto plazo, se acumulan los impagos a proveedores, los mercados financieros le cierran cada vez más el grifo, no consigue colocar sus emisiones de deuda y tiene la peor calificación de las agencias de rating. Y, lo que es más grave, no tiene un plan serio, riguroso y creíble de cómo salir de esta situación.

Nada más aprobar los Presupuestos de la Generalitat Valenciana para 2012, el presidente Fabra los enmienda con un ajuste de 1.000 millones de euros, justo dos días antes de conocerse que ha tenido que intervenir el Ministerio de Hacienda para auxiliar a la Generalitat a devolver un préstamo de 123 millones de euros con una entidad financiera y evitar así que entrara en la lista de los morosos. La Generalitat conoce el calendario de vencimientos de sus préstamos y la situación de los mercados financieros. Debía haber tomado hace tiempo las medidas oportunas para cumplir con sus obligaciones.

Es imprescindible una política económica que compagine crecimiento con el necesario ajuste
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Los valencianos vamos a pagar muy cara la improvisación e irresponsabilidad del Gobierno valenciano, en términos de mayor coste de la deuda y de mayores recortes sociales que ocultaron antes de las elecciones en lo que ha sido un gran fraude electoral. El PP conocía la situación, ha gobernado en los últimos 16 años y no tiene excusa.

La estrategia de crecimiento del PP y su gestión de la crisis merecen un rotundo suspenso. Los datos son contundentes:

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-Somos la comunidad autónoma más endeudada del Estado (el 20% del PIB regional) y la cuarta que más ha aumentado su endeudamiento desde 2004.

-Somos la comunidad que más ha decrecido entre 2008 y 2010, un 6,4% según datos de contabilidad regional del INE, cuando España lo hizo en un 3,8%.

-Nos hemos empobrecido y nuestro PIB por habitante en 2010 se situaba 11,1 puntos por debajo de la media nacional, perdiendo dos puntos más respecto a 2008.

-Tenemos una tasa de paro muy superior a la media nacional. Uno de cada cuatro valencianos está desempleado.

-Estamos a la cola en aquellos indicadores que inciden favorablemente en la competitividad y en los principales indicadores sociales y somos líderes en fracaso escolar.

-Nos hemos quedado sin ninguna caja de ahorro valenciana, ante la ausencia de una adecuada política financiera.

Basar el crecimiento en la construcción de llamativos contenedores para grandes eventos poco rentables y con elevadísimos sobrecostes y en la construcción residencial, pensando que iban a ser el maná inagotable, ha sido un gravísimo error cuyas consecuencias aún estamos pagando. La pérdida de ingresos causada por la caída de la construcción y de los planes urbanísticos que no volverán, hace imprescindible una estrategia fiscal autonómica que permita obtener ingresos estables para financiar los gastos fijos. Diversificar nuestro modelo productivo y desarrollar una economía más competitiva es un deber inaplazable. Sin crecimiento no se devuelven las deudas ni se para la sangría del desempleo.

Por ello, es imperioso reformular la política económica de la Generalitat Valenciana, que, en mi opinión, debe centrarse en dos ejes fundamentales:

1. Asegurar el cumplimiento del plan de consolidación fiscal con un ajuste inteligente y creíble, tanto por el lado del gasto como de los ingresos.

2. Desarrollar una estrategia de crecimiento sostenible y generadora de empleo de calidad.

Para realizar un ajuste inteligente es necesario racionalizar el sector público valenciano, minimizar los costes de provisión de los bienes y servicios públicos y elaborar un plan de pagos riguroso y creíble. Por el lado de los ingresos, se requiere una fiscalidad más progresiva y eficiente. Se impone restablecer el impuesto sobre el patrimonio y sobre sucesiones y donaciones, que nunca se debieron eliminar, y revisar la potencialidad de la fiscalidad verde.

Desarrollar una estrategia de crecimiento requiere mejorar la competitividad de nuestra economía, aprovechar nuestras fortalezas y superar nuestras debilidades. Necesitamos producir más y mejor para exportar más. Es preciso diversificar nuestro tejido productivo hacia actividades que incorporen mayor valor añadido y desarrollar una auténtica política industrial con programas de estímulo diferenciados según las necesidades de los distintos sectores productivos.

Necesitamos promocionar el turismo estable de calidad y convertirnos en un destino turístico por excelencia. Tenemos condiciones para ello si sabemos aprovecharlas.

Necesitamos sustituir el crecimiento desmesurado e incontrolado del desarrollo urbano basado en la construcción de obra nueva intensiva en suelo, por una apuesta por la rehabilitación y regeneración urbana intensivas en el parque existente y en mejorar la calidad de nuestras ciudades. No debemos demonizar al sector de la construcción. No volverá a tener el peso que tenía, pero lo necesitamos para crecer y crear empleo sobre unas bases bien distintas.

Necesitamos priorizar la política educativa; desarrollar e impulsar la I+D+i y promover el desarrollo y crecimiento empresarial, mejorando la financiación para las pymes, reduciendo cargas administrativas y promoviendo la internacionalización. Son las empresas las que crean puestos de trabajo. Son las personas innovadoras y emprendedoras las que hacen progresar a un país. Por eso necesitamos más.

Se pudo pagar la nómina de diciembre y hacer frente al préstamo, pero ¿se podrá pagar la nómina de enero?, ¿hasta cuándo se podrá aguantar así? Es imprescindible una política económica que compagine crecimiento económico con el necesario ajuste, tanto a nivel autonómico como nacional. Es prioritario que se revise en Bruselas el calendario del plan de consolidación fiscal unido a un ajuste inteligente y que evitemos entre todos entrar en la bancarrota y caer en una recesión larga y profunda.

Inmaculada Rodríguez-Piñero es portavoz de Economía del PSOE y diputada por Valencia. La autora escribió este artículo antes de conocer los detalles del ajuste explicado el jueves por el Consell.

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