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Fabra pretende mantener el control sobre el PP de Castellón

El presidente de la Diputación no tendrá cargo público, pero quiere mandar

María Fabra

Se va, pero no del todo. El presidente de la Diputación de Castellón, Carlos Fabra, anunció hace tres años que no se volvería a presentar a las elecciones. Lo dijo al mismo tiempo que el PP provincial elegía, instruido por el propio Fabra, a Javier Moliner como adjunto a la presidencia, en el congreso celebrado en Peñíscola en 2008. En esa difuminada frontera entre el espacio institucional y el orgánico, nada dijo de abandonar la dirección del partido, aunque el escenario escogido para su anuncio así lo hiciera parecer.

Desde entonces, Carlos Fabra ha insistido en varias ocasiones en que no se volverá a presentar a ningún cargo público. La última fue esta semana, después de que desde su propio entorno se lanzara la posibilidad de que figurara, de nuevo, en la candidatura municipal de la capital de La Plana. Fue un globo sonda lanzado para ver qué pasaba; de hecho, la tensión interna apenas existió durante unos días, hasta que fue evidente que la sugerencia, más allá de sus incondicionales, no despertaba demasiadas ilusiones en el resto del partido.

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Fabra, visto el escaso entusiasmo que despertaba su presunta candidatura, subrayó su ya conocida decisión de no presentarse. Más aún, atribuyó la existencia del globo sonda lanzado por sus conmilitones a una "paja mental" (sic) del portavoz socialista en el Ayuntamiento de Castellón, Juan María Calles, quien se había limitado a comentar las informaciones recogidas en varios medios de comunicación.

Pero Carlos Fabra nunca ha dicho nada de dejar la dirección del partido. Algunos miembros del PP consideran que lo lógico sería que, dado que ya ha habido una etapa de protectorado con Javier Moliner, este se hiciera cargo del PP provincial tras las elecciones, en las que están convencidos de obtener la alcaldía de un centenar de los 135 municipios de la provincia y la presidencia de la Diputación. Sin embargo, otros, más numerosos que los anteriores, opinan que Fabra no solo no dejará la dirección del PP de Castellón sino que podría mantenerla incluso más allá de 2012, cuando, teóricamente, debería celebrarse el congreso ordinario de elección de los cargos orgánicos. "No, no, del congreso no se habla nada", indica un militante de rango que vaticina que el cónclave de los populares castellonenses no se celebrará hasta que Carlos Fabra quiera.

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Y es que, tras el último intento, pocos son los que piensan que vaya a abandonar realmente la política, la institucional y la orgánica, y avalan su consideración en que, pese a reiterar que no formará parte de ninguna candidatura, sí ha planteado la posibilidad de ser nombrado concejal no electo o asesor. De esta manera, mantendría el control dentro del partido, en la elaboración de listas y en el contacto con las agrupaciones locales de la provincia, e incluso formaría parte de alguna institución, desde la que poder mantenerse cercano al poder.

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