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Flaquezas y desafíos de la biotecnología alimentaria

Ainia promueve un 'cluster' para llevar los avances a la industria

Ignacio Zafra

Mientras la agricultura vive horas bajas la industria alimentaria se alza como un peso pesado. Representa cerca del 12% del PIB valenciano y el 10,1% del total de ocupados en la industria. La comunidad autónoma cuenta con alguna de las principales empresas del sector. Y cuenta también con Ainia, un gigante tecnológico con un millar de empresas asociadas en España. El negocio, sin embargo, cambia, y la industria está perdiendo el tren de la aplicación de la biotecnología a la alimentación. Lo advirtió ayer la recientemente creada Agrupación Empresarial para el Fomento de la Biotecnología (Afbia), que celebró su primer encuentro en la sede de Ainia, en el parque tecnológico de Paterna.

Mejorar el sistema inmune y prevenir males degenerativos, primeros proyectos

"En materia de cifras, en España estamos realmente bajos", señaló José Carlos Quintela, presidente de Afbia y director de I+D de Puleva Biotech. "En conocimiento científico, lo que se desarrolla en los centros de investigación, estamos muy bien. En patentes andamos más bajos. Y en lo que fallamos es en la transferencia de todo ese conocimiento a la industria". Afbia es un cluster industrial impulsado por Ainia y bendecido por el Ministerio de Industria para contribuir a acortar una distancia que sitúa al sector español muy lejos de los líderes mundiales en la materia, como Alemania, Francia, Reino Unido y EE UU.

Dejemos de lado los transgénicos, una línea con mucho terreno por delante pero que registra un "rechazo enorme" entre los consumidores europeos, dijo Quintela, "y la industria debe que posicionarse donde le pida el consumidor". Descontándolos, la biotecnología alimentaria ofrece numerosos campos de actuación. Por ejemplo: convirtiendo un alimento ordinario en otro más saludable, como el clásico yogur con bífidus. O revalorizando los excedentes no utilizados en otros procesos: del producto desechado en una cooperativa citrícola pueden extraerse ingredientes para que un alimento funcional tenga propiedades antioxidantes. O implantando nuevos sistemas de diagnóstico y sistemas de calidad, que permitan hacer más rápida y más segura la fabricación. O introduciendo avances en el proceso de producción: añadiendo por ejemplo una encima que mejore la textura del alimento.

Afbia, nacida hace unos meses, cuenta con 27 asociados entre entidades públicas y privadas, espera rondar los 60 en 2011 y el centenar en 2017. El primer objetivo consiste en poner al alcance de las miles de pequeñas y medianas empresas que forman el tejido industrial alimentario español un conocimiento científico y tecnológico y unas infraestructuras punteras que exceden las posibilidades de casi todas por sí solas. Eso es la gran estrategia. Como objetivos concretos, el nuevo cluster ha fijado dos grupos de trabajo: Uno destinado a desarrollar alimentos que mejoren el sistema inmune de los bebés; el otro, a proteger y prevenir enfermedades degenerativas en ancianos.

Con ambos proyectos está relacionada la nueva planta de bioproducción presentada ayer por Ainia, en la que se cultivan microalgas. "Una fuente potencial en principios activos como omega 3, probióticos, vitaminas o fibra" para la industria alimentaria, explicó el centro, y que pueden tener también aplicaciones farmacéuticas, textiles o ser usadas para generar energía.

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Sobre la firma

Ignacio Zafra
Es redactor de la sección de Sociedad del diario EL PAÍS y está especializado en temas de política educativa. Ha desarrollado su carrera en EL PAÍS. Es licenciado en Derecho por la Universidad de Valencia y Máster de periodismo por la Universidad Autónoma de Madrid y EL PAÍS.

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