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Elecciones municipales y autonómicas

Foráneos en la política local

Carolina Punset se lanzó a la política municipal en Altea en 2007 con una candidatura repleta de residentes foráneos. "Nos criticaban, y nos llamaban el partido de los extranjeros"; admite indignada Punset, que defiende unas listas "inclusivas" en una población en la que el 36% de los residentes son extranjeros. "No pueden estar fuera del sistema, es injusto", asegura Punset, que llegó a compartir gobierno durante los tres primeros años con Bloc y Socialistas, en un tripartito. Ahora Cipal (Ciudadanos Independientes por Altea) se vuelve a presentar aunque ha reducido el número de extranjeros, si en las anteriores en los seis primeros puestos de la lista había tres españoles y tres de fuera, ahora solo hay cuatro en total y el primero de ellos ocupa el décimo puesto. "La mayor parte de ellos son personas mayores, que no tienen ambiciones políticas personales y que solo quieren un gobierno decente, no corrupto, que les atienda", asegura Punset.

Cipal también denuncia las trabas que para poder participar en estas elecciones se les plantea a los residentes, que en muchas ocasiones como viven en urbanizaciones, ni tan siquiera reciben la tarjeta del censo "porque el INE no contempla esa posibilidad", asegura. En Altea de los 8.000 extranjeros empadronados, unos 2.000 se han censado para poder acudir a las urnas el 22 de mayo.

Otras localidades de La Marina Alta, como Xàbia también han contado en sus corporaciones con ediles extranjeros. Y junto a las Marinas, el otro gran foco donde se concentra la colonia de extranjeros es en el municipio de Rojales y las urbanizaciones de la costa oriolana. En esta zona, el colectivo también denuncia las trabas para poder votar.

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