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Reportaje:

Formas humanas con confort

El Instituto de Biomecánica de Valencia presenta un laboratorio orientado a personalizar el uso de todo tipo de productos

Así, de entrada, hablar de un Laboratorio de Formas Humanas quizás no aporte demasiada información. Pero si se añade que su objetivo es el diseño orientado a las personas y que a partir de datos antropométricos (ciencia que estudia la forma y las medidas del cuerpo humano) sus técnicos tratan de adecuar cualquier producto, de la forma más individualizada posible, a las personas que lo van a utilizar, probablemente la cosa cambia.

El Instituto de Biomecánica de Valencia (IBV) presentó ayer este laboratorio destinado a agrupar todas las aplicaciones relacionadas con la adaptación funcional de productos de consumo (prótesis sanitarias, cascos, muebles, calzado) a las necesidades de quienes los van a utilizar. El Laboratorio de Formas Humanas trabaja tanto para empresas que soliciten encargos específicos o como en proyectos internacionales junto con otros centros tecnológicos.

El IBV trabaja en la parcela sanitaria, del mueble o textil
A partir de datos antropométricos se busca el diseño más cómodo

Un ejemplo del primer caso es la petición que recibió de la empresa de muebles Federico Giner de desarrollar una mesa de ordenador para que dos alumnos pudieran usarlo de forma simultánea. El rango de edad de los usuarios era de 11 a 15 años. "Unas edades donde las diferencias de altura son enormes, lo que nos obligó a manejar una gran cantidad de datos para encontrar el modelo más cómodo, y que pudiera ser usada tanto por diestros como zurdos", apuntan fuentes del IBV.

Otro caso, en esta ocasión de trabajo en equipo a través de un proyecto europeo y relacionado con la sanidad, es el diseño de un servicio de simulación destinado a la cirugía ortopédica denominado Orthosim. El Instituto de Biomecánica ha diseñado un programa que sirve para predecir el efecto del uso de las prótesis de diferentes firmas comerciales en el tratamiento de la columna, de forma que se cuente con una herramienta virtual que permita ayudar a la hora de elegir cuál es el producto que se ajusta mejor a cada paciente.

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Hay más ejemplos de la actividad del IBV. Esta entidad fue la adjudicataria del concurso que lanzó el Gobierno para analizar a 10.000 mujeres y estandarizar las tallas de la industria textil. Además, dispone de departamentos de atención directa al público. Entre ellos, el Servicio de Valoración del Ciclista, que permite adaptar los reglajes de la bicicleta a cada usuario con la vista puesta en la mejora del rendimiento del ciclista y evitar la aparición de lesiones derivadas de posturas forzadas. El precio, para quien pueda estar interesado, ronda los 400 euros.

El vicepresidente del Consell y consejero de Industria, Vicente Rambla, que visitó ayer el centro, destacó los esfuerzos del IBV en la incorporación de la comodidad, el bienestar y la durabilidad de los nuevos diseños en diferentes sectores productivos.

Vicente Rambla, segundo por la izquierda, ayer, en el Instituto de Biomecánica de Valencia.
Vicente Rambla, segundo por la izquierda, ayer, en el Instituto de Biomecánica de Valencia.JOSÉ JORDÁN

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