Izquierdo releva a Parra como 'número dos' del Banco de Valencia
La entidad ampliará su capital para ganar solvencia
Aurelio Izquierdo, todavía responsable de negocio de Bankia, se convertirá en consejero delegado del Banco de Valencia en un próximo consejo de administración. Rodrigo Rato deslizó la semana pasada su intención de prescindir del actual número tres de Bankia, la entidad surgida de la fusión de Caja Madrid, Bancaja y otras cinco cajas menores.
Banco de Valencia tendrá que poner en marcha una ampliación de capital, según fuentes financieras, para garantizar que supera el listón de capital básico que requiere el Banco de España.
Izquierdo era el número dos de José Luis Olivas en Bancaja, donde ocupaba el cargo de director general desde 2007, y su desembarco en la dirección de negocio de Bankia provocó cierto resquemor entre los históricos ejecutivos de Caja Madrid.
El movimiento de Rato ha permitido a Olivas resolver una papeleta que tenía pendiente en el Banco de Valencia y recolocar a Izquierdo en un puesto de su agrado.
Consejero desde 1994
Izquierdo relevará a Domingo Parra, consejero delegado del Banco de Valencia desde 1994. Parra deja el cargo por motivos de salud, según fuentes de la entidad. Pero su salida estaba cantada desde hace meses. Fuentes financieras apuntan que el propio Parra solicitó dejar el Banco de Valencia hace varios meses, pero Olivas, que todavía es presidente de la entidad, se resistía a dejarle marchar.
El Banco de Valencia vivió una época dorada hasta 2007, en una década multiplicó por diez el valor de la acción. Parra supo gestionar para arrimar los beneficios al Banco de Valencia y trasladar los posibles quebrantos a Bancaja, la matriz y titular del 38% de la entidad financiera, según apuntan fuentes financieras. Hasta que llegó un momento en que la mochila de Bancaja ya no se podía cargar más. Los problemas de varios grandes promotores, singularmente el grupo Polaris en Murcia, que había sido generosamente apoyado por el Banco de Valencia -originalmente Banco de Valencia y Murcia-, sembraron dudas sobre el rigor en la gestión de la entidad.
