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Reportaje:

Jornada escolar 'a la finlandesa'

Padres y profesores debaten el impacto del horario continuo en el alumno

El éxito del modelo educativo de Finlandia reside, en buena medida, en su pionero sistema de organización del aprendizaje, que apuesta por compactar las actividades lectivas en la mañana y dedicar las tardes a explotar al máximo un amplio abanico de actividades formativas extracurriculares (deportes, música, informática... ). Y éste es precisamente el modelo de "jornada continuada a la finlandesa" que desde el 10 de abril discuten en Valencia sindicatos, técnicos de Educación y la confederación de padres de la escuela pública Gonzalo Anaya, en sendas mesas de negociación en las que revelan posiciones de partida alejadas entre los representantes de los docentes y los de los padres de alumnos. Aunque "no cerradas", según ambas indican partes.

"Ni afecta de forma negativa, ni causa fatiga al alumno", sostiene un informe
Educación admite que el decreto valenciano de 1998 está "obsoleto"

De entrada, la confederación ha pedido un "estudio científico sobre los efectos que los diferentes modelos de jornada escolar tienen en el alumnado". Es decir, un diagnóstico que analice la repercusión de la jornada partida y de la continua sobre la actividad intelectual del alumno y su rendimiento escolar. "Se trata", puntualiza Gemma Piqué, de la ejecutiva de la Gonzalo Anaya, "de un marco que garantice la formación integral de nuestros hijos, y que deberá contemplar en todo momento las necesidades culturales, lúdicas y deportivas, y a ser posible de forma gratuita y no discriminatoria".

Los sindicatos, por su parte, ven en decretos como el implantado en el 100% de escuelas de Extremadura y en el 87% de las de Castilla-La Mancha -tras haber sido negociados y aprobados con el "consenso" de todos los agentes sociales y educativos del Consejo Escolar- el modelo a seguir. "Estos son", apunta Miguel Ángel Cerdán, del CSIF, "los decretos más completos".

Por otra parte, la "preocupación" de que la jornada continua puede estar relacionada con el fracaso escolar o el bajo rendimiento académico -como ha apuntado la confederación valenciana de padres- poniendo de ejemplo "el mal resultado obtenido por Canarias en el último Informe Pisa, es una trampa", según Albert Sansano, coordinador del área de Renovación Educativa del STEPV. "No existe en Europa ni en todo el Estado español un solo estudio científico que sitúe la variable de jornada como determinante en el resultado académico", precisa.

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"Más bien, lo contrario", apunta Miguel Ángel Vera, de la ejecutiva de CC OO. "Castilla y León, gobernada por el PP, lidera el ranking de rendimiento académico de las autonomías españolas que figuran en el Informe Pisa". "Sin embargo, Cataluña, que mantiene la jornada tradicional, obtiene peores resultados", añade Sansano.

Sin estudios "científicos comparativos concretos", sí existen al menos variados diagnósticos autonómicos. Por ejemplo, el estudio de la Inspección de Murcia de 2004 (también gobernada por el PP) donde se señala "una evaluación positiva de la jornada continua" y se confirma que "ni afecta negativamente al rendimiento escolar, ni causa mayor fatiga al alumno", subraya Cerdán. O, por ejemplo, los datos que se revelan del Informe Bofill (que analiza los resultados académicos por cursos y por comunidades) del que Cerdán extrae "cuatro ejemplos autonómicos que contradicen el argumento de que la jornada continua incrementa el fracaso". En 1995 Canarias tenía una tasa de abandono escolar temprano (es decir, el porcentaje de alumnos entre 18 y 24 años que abandona el sistema sin estudios secundarios o posobligatorios) del 41,9%; diez años después de implantar la jornada continua en el 99% de los centros educativos, logró neutralizar el fracaso en 2005 hasta dejarlo en el 33%. Lo mismo ocurrió en Galicia, donde el 65% de centros tienen implantada la jornada finlandesa: mientras en 1995 había una tasa de fracaso del 29,2%, en 2005, ésta se redujo al 23,6%. En el lado opuesto, Cataluña y Valencia, sin jornada continua, han disparado la tasa de abandono en la misma década. En el caso catalán se pasó del 29,7% en 1995 al 34,1% en 2005; y en el valenciano, del 31,4% al 36,4%.

Los decretos de Extremadura y Castilla-La Mancha son, en la práctica, los que más se aproximan a lo que defienden los sindicatos, tanto de izquierdas como de derechas. "Resulta sorprendente desde una óptica progresista que alguien pueda oponerse a la jornada continua, pues permite hacer a los niños -a todos los niños y las niñas- aunque sean de extracción social muy humilde, una serie de actividades extraescolares como inglés, francés, música, ajedrez, informática... (como garantiza el anexo del decreto de Extremadura), que de otra manera estarían reservadas solo para los niños de clase media y/o alta, que pueden pagarse estas actividades extraescolares", remata Cerdán.

Y ahí aparece otro de los problemas de mayor calado: el incremento presupuestario que implicaría un decreto que, como el extremeño, garantice financiación para las actividades extraescolares, a precios públicos y con formadores cualificados.

En definitiva, estos son los caballos de batalla para alcanzar el consenso con los padres valencianos. La consejería, por su parte, admite que "el decreto de 1998 que regula la jornada escolar está obsoleto" y que tendrá que adecuarlo a la nueva Ley Orgánica de Educación que en su artículo 120 contempla "el derecho de los centros educativos a, en el ejercicio de su autonomía, modificar su jornada".

Tasa de implantación por autonomías

- Comunidades con mayor porcentaje de centros con la jornada continua: Extremadura, con el 100% de sus escuelas adaptadas a este modelo, y Melilla, que fue la primera en regularizarlo, en 1989.

Le siguen Canarias, con el 99% de sus colegios, y Murcia, con el 92% de centros. Y Castilla-La Mancha con el 87%, Baleares con el 85% y Andalucía con el 80%.

- Comunidades con mediana implantación: Asturias, donde la jornada continua funciona ya en el 65% de los centros educativos. Castilla y León, con el 48%. Y Madrid, con solo el 23%.

- Comunidades en fase experimental: La Rioja, iniciado en 2007 solo en cuatro centros piloto. Y Navarra, también arrancó ese año, pero solo en tres centros.

- Procedimiento: En todas se requiere el voto favorable del Consejo Escolar (y en la mayoría con el apoyo, al menos, de 2/3 de los consejeros). Además, deben aprobarlo 2/3 de los padres de cada centro, habiendo votado el 75% del censo.

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