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Reportaje:

Llegan los zapatos probeta

El instituto tecnológico Inescop investiga la obtención de piel 'in vitro' para garantizar materia prima al sector del calzado

¿Zapatos de piel in vitro? Lejos de ser ciencia ficción, es la línea de investigación más "arriesgada" en la que trabaja el Instituto Tecnológico del Calzado y Conexas (Inescop). Y una de las que puede suponer un mayor punto de inflexión para la industria zapatera, que absorbe el 55% de la piel que se utiliza en el mundo.

El aumento de la demanda del cuero y la caída del consumo de carne bovina hacen cada día más escasa y, por tanto, también más cara esta materia prima imprescindible para el calzado de calidad. Y en este contexto, Inescop investiga métodos para obtener piel en el laboratorio y garantizar la materia prima. La investigadora Isabel Maestre, encargada de esta línea de trabajo, advierte en cualquier caso de que se trata de una labor "a largo plazo". "No sabría decir cuándo habrá resultados. Se avanza, pero despacio", esgrime.

La industria zapatera absorbe el 55% de la piel que se utiliza
El material surge de células de la dermis de biopsias

Antes de entrar en esta investigación, que financian parcialmente el Impiva y el Fondo Europeo de Desarrollo Regional, primero se aprendió de otros laboratorios. Inescop recurrió a las técnicas que la biomedicina emplea para obtener en los laboratorios piel para transplantes. La investigación que desarrolla el instituto tecnológico de Elda con la colaboración del Ciemat (Centro de Investigaciones Energéticas, Medioambientales y Tecnológicas), la Universidad Politécnica de Valencia y el instituto del textil (Aitex).

Inescop explica que para la obtención de piel in vitro se parte de la utilización de fibroblastos (células de la dermis) procedentes de biopsias de la piel del animal y que se cultivan en el laboratorio utilizando diferentes métodos.

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En la actualidad, tras distintas pruebas, se trabaja con soportes de nanofibras poliméricas de varios materiales, producidos mediante la técnica de electrohiladura para que actúen como un andamio tridimensional para el crecimiento de las células de la dermis porcina. "Así se dota a la dermis de una estructura más consistente", detalla el instituto. En cualquier caso, esta no es la única línea de trabajo y se está probando también con técnicas que se basan en la superposición de láminas de fibroblastos (dermis) cultivadas por separado para que se fusionen y produzcan una estructura más consistente. "Ahora estamos obteniendo muestras preliminares sin la estructura de la piel, tal y como se necesita", dice Maestre.

Inescop diferencia la piel in vitro porcina de la humana que se investiga en biomedicina principalmente en su aplicación final. La piel animal necesita un soporte que favorezca el crecimiento de la cultivada porque no tiene la ayuda de un organismo receptor que colabore en la regeneración del tejido, como en los humanos.

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