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Luna: "El Consell deja sin valor la palabra de Camps"

La segunda jornada del desfile de consejeros por las Cortes para aclarar "con tranquilidad, transparencia, sentido de la lealtad y responsabilidad" las dudas de los diputados sobre la gestión del Consell se cerró igual que la primera. Ni Trinidad Miró, consejera de Cultura, mencionó las dos adjudicaciones a Orange Market, una de las empresas de la trama de corrupción y blanqueo que investiga el juez Baltasar Garzón, desde Proyecto Cultural de Castellón o para presentar la Ciudad de la Música en Benicàssim. Ni Rafael Cervera, consejero de Sanidad, aludió a Construcciones Taroncher, la empresa de un "íntimo amigo" del consejero de Gobernación, Serafín Castellano, que resultó adjudicataria de varias obras desde su departamento.

Ángel Luna, portavoz socialista, comentó: "Los consejeros son capaces de dejar sin valor la palabra del presidente". Compromís y Esquerra Unida reclamaron la comparencia de Francisco Camps ante la "burla" de su equipo.La falta de explicaciones sobre las adjudicaciones públicas a empresas bajo sospecha o con las que algún miembro del Consell mantiene una evidente relación de amistad no hicieron más que caldear los ánimos de la oposición. El esquema de las comparecencias fue el mismo que dibujaron los tres vicepresidentes. Trinidad Miró empezó con una extensa exposición en la que reconoció abiertamente que de los 548 expedientes tramitados en 2008 por la Consejería de Cultura para adjudicar contratos por 6,2 millones de euros, "2,6 millones se adjudicaron a través de concurso público, un 42%, y 1,6 millones, a través del procedimiento negociado, un total del 27%". Es decir, un tercio de los contratos de Cultura se adjudicaron a dedo porque su cuantía no requería fiscalización previa y otro 27% a través de invitaciones a determinadas empresas.

"Se confunde o nos engaña", respondió Marina Albiol, de Esquerra Unida, "no nos interesa la publicidad sino los contratos de Orange Market". "O el presidente nos ha engañado o todos ustedes desobedecen", abundó Josep Maria Pañella, de Compromís. "Francisco Camps saca a su cuadrilla a torear cuando el que está bajo sospecha es él", siguió la socialista Ana Noguera. Y descargó un rosario de dudas: "¿Cómo se hizo el contrato para el décimo aniversario de Castellón Cultural? ¿Por qué se despidió a gritos al gerente de la Fundación Jaume II El Just? ¿Por qué aprueba sus gastos sin supervisión la directora del Palau de les Arts? ¿Puede despedir al capricho del presidente? ¿Puede despedir de la Fundación de las Artes Escénicas a la cuñada del presidente? ¿Cómo se accede a gestor de una fundación? ¿Puedo tener la relación de órganos de las fundaciones financiadas con fondos públicos?"

Miró intentó mostrarse indignada y salió en defensa del presidente de la Generalitat con una de las frases habituales para lavar la cara a Carlos Fabra, presidente de la Diputación de Castellón. "A ustedes lo que les preocupa es que Camps ha ganado dos veces las elecciones con mayoría absoluta. No admito que se siembre la más mínima sospecha. Aquí se ha venido a hablar de gestión, no a montar un circo", afirmó la consejera.

Como contrapunto, José Cervera, consejero de Sanidad, adjudicó a través de concurso público el 96% de los contratos firmados en 2008.

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