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Maya Hansen azota la pasarela

Erotismo y los años ochenta en la Semana de la Moda de Valencia

El estado de la cuestión: La vida es rara y el sexo se parece mucho a la vida. ¡Glups! Las pin-ups encorsetadas, las reinas de las curvas y dominatrix de pasarela de la diseñadora Maya Hansen, salen con tacones para liarla y han dejado un cuerpo dramático significativo en la segunda jornada de la Semana de la Moda de Valencia. Al principio todo el mundo estaba un poco cortado, como al inicio de una reunión de tuppersex, pero el personal se fue caldeando ante el derroche de pololos antique, corsés, capelinas y demás elementos fetichistas. Erotismo de salón Ikea en estado puro, dirán ustedes. Pues sí, sin disimulos ni complejos. Pocas veces se ha visto sobre esta pasarela (recordemos los desfiles de Carlos Haro o Hannibal Laguna) tanta autoconsciencia del manierismo, tanta destreza para acentuar la afectación escénica sin apenas distancia irónica. ¡A ver quién supera esto!

El personal se fue caldeando ante el derroche de pololos 'antique' y corsés
Juan Vidal se estrenó con una colección dominada por gasas y cueros

Difícil lo tenía la siguiente diseñadora. Vanessa Soria hereda la epifanía del signo de nuestros tiempos: la crisis económica como partida para la invención del lenguaje de la colección. La diseñadora madrileña jugó con la geometría y los volúmenes en las formas, en una paleta de azules eléctricos y negros. Pero Vanessa pinchó con una estrábica lectura del retrofuturismo de Courrèges mal resuelta.

Por la tarde, el diseñador alicantino Juan Vidal se estrenó en este foro con un trabajo molón, algo así como "desayuno de diamantes en el bar de Taxi Driver". Vidal extendió toda su batería formal y astuta para realizar una colección, She rocks, dominada por las gasas, cueros y muselinas y la ausencia de color (excepto alguna dentellada fucsia). La suya es una colección que sigue tendencia, y muy bien formulada, y eso se agradece.

Laga y Encarnis Tomero volvieron por sus certeros fueros. Un trabajo muy comercial bien ventilado. Liberty chic de aspiración Wallpaper en los vascos, y espardenyes cool alternativas en las valencianas. Pues eso. Con el paso de la tarde, las gradas se van gentrificando y llenando, y los tendenciosos estudiantes de diseño dan paso a las señoras recién salidas de la peluquería y a los semidioses sociales del panorama colorín valenciano.

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Y con él llegó el mega-show. Ante un trabajo tan referencial como el de Álex Vidal, la mirada fashionista no puede parar de leer entre líneas, de descifrar las claves, de reconocer las salvas que provocaron estos interesantes ecos. Los años ochenta vuelven como obligado referente con vestidos de línea T depurada y el regreso del temido blazer con solapas oversize para ellas.

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