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Columna
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Nada personal, solo negocios

Si quedaba alguien por hacer caja en esta tierra de promisión, ha llegado tarde. Del cerdo se aprovecha todo. Lo asombroso es cuánto ha dado de sí la pieza. Hasta el real yerno se habría cobrado un costillar, aprovechando la desprendida generosidad de los poderes públicos valencianos cuando el reparto no va por cuenta de sus respectivas carteras ni patrimonios. Entre tanto la selva jurisdiccional teje sus enredaderas para evitar lo que cada día que pasa se vuelve más inevitable -los tradicionales muros de contención desinformativa se revelan insuficientes ante el alud-, los republicanos ya tardan en tributar el merecido homenaje al camarada por su contribución a la voladura desde los mismísimos aposentos de la corte. A este respecto, la consejera Johnson proclama que los pagos realizados por la Generalitat a Nóos, el negociado del todavía duque de Palma, están documentados y fiscalizados. ¡Hay papeles! Los señores jueces y fiscales solo tienen que pedir los justificantes y empapelar a diestro y siniestro. Que en esto, como en el tango, hacen falta dos: el que cobra y el que paga por vayan ustedes a saber qué. Ya hubiesen firmado los bolcheviques por contar con zares y zarinas para el asalto al palacio de invierno. A ver si en el Senado se anima alguien también y empezamos a ofrecer, de verdad, nuevas glorias a España, perdón, a los insaciables mercados. Para esta suerte de agujeros negros al mando no es nada personal, solo negocios.

Vuelve el mundo de Charles Dickens. Pese a la versión oficial, instalada cual es costumbre en otra realidad, el regreso al esclavismo en el ámbito laboral y la sustitución de las prestaciones sociales por la caridad bien entendida como expresiones del empobrecimiento general, difícilmente librará de ulteriores oleadas a quienes se creen a salvo en los pesebres del poder y aledaños. ¿Cuántas vueltas le auguran al circuito de fórmula 1, antes de traspasar el muerto? Si han echado el cierre en esa preciada y rentable joya de la manipulación llamada Agua y Progreso, con su vasto potencial intacto: trasvase del Ebro pendiente y en cartera la reivindicación del Sena, Danubio y Volga, por ese orden. En sucesivos embates llegará el día en que no habrá consignación para privilegios y blindajes. Sobre todo cuando las verdades biográficas se impongan al relato épico, que ya zozobra en vísperas del animado juicio contra Francisco Camps. Con un resultado cantado o cantarín, esas actas engrosarán la leyenda de un parque temático donde el asalto, la depredación y la insolvencia tienen premio. Apunten para nota al diputado del PP José Marí Olano. Ante la exigencia de la diputada Mónica Oltra de que se revisen los privilegios de los ex mandatarios que contribuyeron, uno tras otro, al actual estado de ruina, el tipo dijo que tal pena no está prevista en el Código Penal. De lo que se deduce, señores jueces y fiscales, que sabían de la existencia de tal código y se quedaron tan panchos.

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