Objetivo: cambiar el aprendizaje

El profesor ya no es el único que evalúa, el alumno se prepara temas para explicar en clase y el trabajo se fragua en equipos. "La revolución y el cambio metodológico que supuso la LOGSE para los institutos llega ahora a las universidades", opina Salvador Grau, profesor en la Facultad de Ciencias de la Educación de Alicante donde imparte una asignatura sobre organización de centros escolares. En los últimos tres años ha cambiado de metodología: "la evaluación es formativa, los alumnos se evalúan entre ellos, puntúan al profesor, algunos temas los exponen los alumnos y trabajan en equipo", agrega el también director del Instituto de Ciencias de la Educación (ICE). Este proceso de cambio se ha visto impulsado y precipitado por el nuevo escenario que abre el Espacio Europeo de Educación Superior. Pero no está exento de dificultades y problemas. Anna Esteve, profesora de Llengua Catalana en Humanidades, participa en una de las 72 redes docentes constituidas este año. En esta red participan profesores de geografía, historia, derecho o de diversas filologías. "El mayor problema es la diversidad del perfil del alumno, y el elevado número de profesores asociados". En Humanidades, por ejemplo, los alumnos presentan un perfil muy dispar, hay gente mayor que estudia como segunda carrera, otros interesados por el arte, la historia o la literatura.

"La revolución que supuso la Logse en los institutos llega ahora al campus"

Alicante empezó tímidamente en 2001 a desarrollar estas redes, en la primera edición sólo participaron 14 departamentos. Y en este curso 57 de los 58 departamentos participan, lo que supone implicar a 780 profesores, 15 miembros del Personal de Administración y Servicios y 84 alumnos. "Por primera vez los alumnos colaboran, su participación es fundamental", apunta, Cecilia Gómez, vicerrectora de Planificación Estratégica y Calidad, anfitriona de las VII Jornadas de Investigación Docencia Universitaria que se inauguraron ayer. "El profesor no debe limitarse a transferir conocimientos, sino guiar el aprendizaje", agrega Gómez. Mayte Tortosa, coordinadora de redes docentes en Alicante, resume que el objetivo final es que "el alumno aprenda y no solo que el profesor enseñe". La clase magistral ya es historia, y el alumno ocupa el centro de atención del proceso de aprendizaje. "Todos los cambios generan incertidumbres y abren interrogantes", admite Tortosa en referencia al inminente proceso de convergencia europea del espacio de educación superior. "Debemos combatir el aislamiento del profesor", agrega el director del ICE.

Eduardo García, de la ANECA, instó ayer a los profesores a participar activamente en esta revolución para cambiar el sistema de aprendizaje "enseñando en valores y aptitudes". Una de las profesoras planteó una paradoja del sistema: El esfuerzo académico e investigador que realizan muchos profesores doctores jóvenes ahora es "muy superior al que realizaron los veteranos catedráticos que les deben evaluar a ellos". Su intervención arrancó aplausos del público, y el responsable de la ANECA admitió que se deben diseñar carreras docentes "diferenciadas en la que los pesos no deben ser iguales".

El cambio avanza, aunque lentamente, porque las estructuras de la universidad se resisten. Mientras tanto las redes docentes siguen trabajando en la actualización, mejora de los materiales docentes, una mayor participación del alumno y un cambio radical en la metodología, aunque tropiecen con la elevada ratio de alumnos por aula y el desinterés y falta de motivación de parte del profesorado. "Con 80 ó 90 alumnos esto no se puede plantear, y con profesores sin ordenador, y que siguen dictando apuntes menos", concluía gráficamente otro profesor.