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Los efectos del temporal

El Palau de les Arts hace agua

La lluvia vuelve a inundar parte del teatro de la ópera y obliga a cerrar l'Hemisfèric

Ferran Bono

El imponente Palau de les Arts tiene los pies de barro. Las fuertes lluvias de ayer volvieron a causar estragos en el teatro de la ópera, llegando a cubrir hasta las primeras filas de la sala Martín y Soler, veinte días después de que el barro y el agua inutilizaran los motores de las plataformas escénicas de la sala principal. Los bomberos se pasaron el día achicando agua de la ópera y del vecino Hemisfèric, que cerró sus puertas debido a que la lluvia afectó a la maquinaria de proyección. El Museu de les Ciències retrasó su apertura porque había entrado agua en una de sus calles y se había acumulado barro en una puerta.

En la Sala Martín y Soler, aún sin inaugurar, entró agua hasta cubrir las primeras filas
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Los bomberos fueron avisados ya la madrugada de ayer de los graves problemas que estaba padeciendo el Palau de les Arts por la entrada de agua a causa de las intensas lluvias que duraron toda la noche. Por la mañana, los bajos de la ópera estaban cubiertos de barro, con las puertas de acceso habitual de los trabajadores, cantantes y músicos, resguardadas con sacos terreros para evitar la entrada de agua. Los estanques que rodean el edificio diseñado por Santiago Calatrava, vacíos el pasado jueves, rebosaban agua de color marrón, en la que flotaban algunas plantas y objetos arrastrados por la tormenta.

La sala más afectada fue la Martín y Soler, que aún no se ha abierto al público a la espera de finalizar su equipamiento escénico. Según algunos bomberos y trabajadores, el nivel del agua llegaba hasta las tres primeras filas de la sala, cuya entrada está al nivel del antiguo cauce del Turia, bajo el principal acceso de los espectadores y fuera del edificio principal.

Fuentes del Palau de les Arts quitaron importancia a los problemas ocasionados por el agua y señalaron que ya se habían previsto medidas ante tal eventualidad con motivo de la grave inundación que sufrió el auditorio el pasado 22 de septiembre, también a causa de una tromba de agua. Sin embargo, ayer, la dirección mandó a casa a los trabajadores del teatro y los bomberos no pararon de achicar agua. El barro había teñido de marrón todo el pavimento circundante del Palau, cuya dirección ordenó acordonar toda la pasarela superior de uso público con el propósito de ocultar a los ojos de los transeúntes y de los periodistas las consecuencias de la tormenta.

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Es el segundo incidente serio del Palau de les Arts en menos de un mes a causa de la lluvia. La tromba que cayó el 22 de septiembre inundó el sótano (el llamado nivel -3, en relación con la cota de la calle) hasta el punto de que los motores del complejo sistema que mueve las plataformas escénicas se llenaron de agua y barro. "Se están secando y limpiando, mientras tanto no se ponen en marcha", comentó entonces un responsable de la parte técnica del Palau. El agua entonces levantó el parqué de la sala de ensayo del Cor de la Generalitat, situada en el nivel -3

"Se están haciendo pruebas para comprobar el sistema", indicó ayer un portavoz del teatro, quien insistió en que la programación artística se mantiene sin alteraciones. Un responsable técnico aseguró que ya están preparados e instalados los decorados de las tres próximas óperas del teatro, que inaugura temporada el próximo 27 de octubre con Carmen, de Bizet.

Aunque la plataforma escénica averiada el pasado año ha sido reparada, ahora tampoco puede moverse hasta que se solucione el problema en los motores.

Las lluvias de ayer afectaron al sistema eléctrico del teatro, que recurrió a camiones provistos de grupos electrógenos móviles para poder continuar con las tareas en el interior del edificio.

El diputado socialista José Camarasa se preguntó ayer "cómo es posible que el Palau de les Arts se inunde dos veces en menos de un mes, sin que se tomen medidas". Y recordó que el sobrecoste de construcción del edificio es del 30%. El coste de su construcción y de su equipamiento escénico se elevaba hasta 2005 a 332 millones de euros, según datos de la Sindicatura de Comptes. Las obras continúan.

También el Museu de les Ciències, que ya tuvo problemas de goteras recién inaugurado, sufrió los efectos del agua. El barro bloqueó la puerta de entrada, pero se pudieron solucionar a mediodía, abriendo sobre la una de la tarde y prolongando la jornada hasta las 21. Peor suerte corrió l'Hemisfèric, que tuvo que cerrarse al público al mojarse la maquinaria de proyección. Hoy se intentará volver a la normalidad.

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Sobre la firma

Ferran Bono
Redactor de EL PAÍS en la Comunidad Valenciana. Con anterioridad, ha ejercido como jefe de sección de Cultura. Licenciado en Lengua Española y Filología Catalana por la Universitat de València y máster UAM-EL PAÍS, ha desarrollado la mayor parte de su trayectoria periodística en el campo de la cultura.

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