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Reportaje:

"Parar la plaga ahora saldrá carísimo"

Los expertos critican la resistencia del Consell a declarar los focos de picudo rojo

Ignacio Zafra

El picudo rojo, el escarabajo de origen asiático que devora palmeras en su fase larvaria, ha aterrizado en un polvorín. El insecto que ha puesto en jaque el palmeral de Elche ha llegado a Valencia, una ciudad que cuenta con 10.000 árboles de esta familia. Y ha disparado las alarmas en el Jardí Botànic, cuya colección de 300 ejemplares se halla entre las más valiosas de Europa. La institución de la Universitat de València ha puesto en marcha un caro tratamiento preventivo basado en nematodos entomopatógenos, unos gusanos microscópicos que colonizan y matan a los escarabajos, explica José Plumed, trabajador del Botànic.

La llegada del picudo a Valencia ha sido comprobado de primera mano por Plumed y por otros expertos consultados por este diario. El concejal de Jardines del Ayuntamiento de Valencia, Ramón Isidro Sanchis, declinó confirmarlo. La Consejería de Agricultura, encargada de hacer frente a este tipo de plagas, facilitó cifras generales de la incidencia del picudo: hasta finales de 2007 había retirado y destruido 8.848 palmeras y había tratado otras 200.000 en todo el territorio.

El escarabajo que amenaza el palmeral de Elche alcanza Valencia

Se han detectado focos del insecto, que han obligado a eliminar cientos de árboles, en Bétera, Olocau, Moncofa y Almenara, además de en Elche y poblaciones limítrofes. Los especialistas critican, sin embargo, la resistencia de la Generalitat a declararlos, lo que obligaría a activar un severo protocolo de actuación. Fuentes de Agricultura reconocieron que cuando detectan "uno o dos bichos" se eliminan de forma aislada, sin poner en marcha las medidas de inspección y cuarentena que conllevaría la declaración de un foco.

Aunque su introducción en España fue anterior, la proliferación del escarabajo corrió de la mano del último boom inmobiliario, señala Michel Ferry, el ingeniero agrónomo francés que dirige la defensa del palmeral de Elche, declarado patrimonio de la Humanidad, desde la Estación Phoenix. La tendencia a ambientar las urbanizaciones y los campos de golf con palmeras condujo a la importación de más de 200.000 palmeras de países como Egipto, donde su precio es 10 veces menor y donde el picudo colonizó hace tiempo las riberas del Nilo. El escarabajo causa ahora estragos en todo el litoral mediterráneo español, desde Andalucía a Cataluña, y también en Francia e Italia.

"Se trata de un problema gravísimo del que se venía advirtiendo desde hace una década, cuando se pidió una moratoria a la importación de palmeras", afirma Bernabé Moya, director del departamento de árboles Monumentales de la Diputación de Valencia. "Ahora intentar frenar la plaga va a salir carísimo comparado con lo que hubiese podido ser. Y a pesar de todo el dinero que habrá que gastar, será imposible que salvemos todo el patrimonio natural".

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Sobre la firma

Ignacio Zafra
Es redactor de la sección de Sociedad del diario EL PAÍS y está especializado en temas de política educativa. Ha desarrollado su carrera en EL PAÍS. Es licenciado en Derecho por la Universidad de Valencia y Máster de periodismo por la Universidad Autónoma de Madrid y EL PAÍS.

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