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Reportaje:

El Plan de Infraestructuras deja en el aire el corredor mediterráneo

El proyecto no resuelve el 'embudo' entre Castellón y Tarragona

El Plan de Infraestructuras y Transportes (PEIT) dado a conocer esta semana por el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero muestra por primera vez un entramado de corredores ferroviarios y viarios en red y no exclusivamente radiales en torno al centro de España, pero deja en el aire la apuesta por un eje mediterráneo ferroviario para las mercancías que se extendería desde Algeciras al norte de Europa: no resuelve el embudo que supone el tramo entre Castellón y Tarragona.

El Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero ha esbozado en el Plan de Infraestructuras y Transportes (PEIT) la filosofía de su política de infraestructuras hasta el año 2020. Los mapas del plan muestran por primera vez un entramado de corredores ferroviarios y viarios en red y no exclusivamente radiales en torno al centro de España, así como una mejora del corredor ferroviario de altas prestaciones -ancho europeo y velocidad alta- con Madrid y Barcelona para pasajeros. La apuesta del Ministerio de Fomento por una red de líneas ferroviarias con tráfico mixto, por el que transiten indistintamente viajeros y mercaderías, no despeja si la Administración apuesta por un eje mediterráneo ferroviario para las mercancías que se extendería desde Algeciras al norte de Europa. Es el eje promovido por el lobby Ferrmed, que ha solicitado a la dirección de la Trans European Networks Transport que este corredor sea prioritario en la política de inversiones de la UE.

Valencia, gracias a su puerto interoceánico y a su hegemonía en el transporte de mercancías por carretera, es una de las grandes plataformas logísticas europeas y, sin embargo, no sólo no ha resuelto una conexión exclusiva para mercancías a lo largo del litoral -por donde discurren las líneas convencionales- sino que cuenta cada vez más con competidores. La CEOE ha acrecentado esta preocupación cuando hace unas semanas hizo público un plan propio de infraestructuras, en el que se apoyaba el corredor Algeciras-Madrid-Zaragoza-Perpiñán. Un itinerario que perjudicaría al puerto valenciano.

En este escenario, los mapas del PEIT no son esclarecedores. "Se ha dibujado el mapa, pero quedan muchas preguntas por hacer; sólo las intenciones están encima de la mesa", apunta un agente económico valenciano. Las patronales y otras organizaciones como el propio Puerto de Valencia, tan sensibles hasta la fecha a cualquier proyecto que cuestionase el desarrollo de las infraestructuras valencianas, guardan silencio. Primero, observan prácticamente todas ellas, hay que estudiar el documento y después despejar las dudas. Por ejemplo, ¿cuáles de esas infraestructuras se hacen primero y cuáles después?, ya que el horizonte temporal del plan se extiende a 2020, y ¿con qué dinero, quién lo pondría y en qué condiciones? Son preguntas que todavía no se han respondido.

Lo único cierto es, por ejemplo, según los mapas, que el eje ferroviario mediterráneo, con cuatro vías (dos de ancho ibérico y otras dos de ancho europeo) se estrecharía reduciéndose a dos en el tramo entre Castellón y Tarragona, que sería de tráfico mixto, donde las mercancías estarían supeditadas al transporte de viajeros. Un "cuello de botella", según la expresión empleada hace unos días por los consejeros de Infraestructuras valenciano y catalán, José Ramón García Antón y Joaquim Nadal, respectivamente, que debía de desaparecer.

El PEIT del Ministerio de Fomento mantiene este embudo, que tanto García Antón como el líder de los socialistas valencianos, Joan Ignasi Pla, están convencidos de que será eliminado, pero parece que no antes de 2020. José María Cuevas, presidente de la CEOE, hizo unas declaraciones el pasado jueves durante una visita que realizó a Valencia en las que calificó que la propuesta de la organización había sido "incomprendida" y se mostraba convencido de que el PEIT recogía muchas de las aspiraciones valencianas. Ahí quedó todo.

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A 300 kilómetros de Valencia, en Barcelona, la Cámara de Comercio de la ciudad condal sí resaltaba este viernes algunas de las carencias que, a su juicio, tiene el PEIT. Entre ellas, que el nuevo tramo de la línea de altas prestaciones entre Barcelona y Tarragona prevista en el plan es "insuficiente", pues el eje ferroviario del Mediterráneo "requiere una doble vía de ancho internacional para el uso preferente de mercancías desde Valencia hasta Francia".

Expertos universitarios y agentes económicos valencianos insisten en que los valencianos necesitan para garantizar su plataforma logística un corredor mediterráneo que la conecte con Europa a través de Cataluña (cada año se mueven unos 13.000 millones de euros entre las economías valencianas y catalanas), una buena conexión para el tráfico de mercancías entre Valencia y Madrid y una conexión fluida con el norte de España, vía Zaragoza. Y el PEIT recoge en parte esta filosofía, pero no lo garantiza claramente. Los profesores Josep Vicent Boira, Joan Romero y Josep Sorribes argumentaban hace unos días en este diario (Ver EL PAÍS del 10-07-2005) que el eje mediterráneo de comunicaciones (ferrocarril y carreteras) no está a la altura del movimiento económico que soporta y pedían un debate social sobre el modelo de infraestructuras por el que debe apostar la comunidad autónoma. Por su parte, el catedrático de Ciencias de la Computación de la Universitat de València Gregorio Martín cree que ese tren ya se ha perdido, dado que un corredor mediterráneo exclusivo para mercancías, de doble vía y electrificado costaría más de 10.000 millones de euros.

Nadie permanece parado. Esta semana se reunían los gobiernos español y marroquí para hablar del túnel ferroviario que conectará bajo el Estrecho de Gibraltar a España y Marruecos, lo que refuerza la necesidad de definir las inversiones en los corredores ferroviarios de mercancías, ya que el país norteafricano exporta gran parte de sus productos a Europa a través de España. Este proyecto está en la fase de estudio y viabilidad.

Además, los gobiernos catalán y vasco han empezado a estudiar la viabilidad económica de una nueva línea de alta velocidad ferroviaria entre Barcelona y Bilbao que, en caso de ser factible, se plantearía posteriormente al Ministerio de Fomento. El consejero catalán habló con el lehendakari Juan José Ibarretxe de la posibilidad de que, por el corredor del Ebro, discurra una línea de tren de alta velocidad entre Bilbao y Barcelona.

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