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Reportaje:

Preparando el retorno

Los rumanos de Castellón empiezan a regresar a su país

María Fabra

Bolsas de empleo, viajes institucionales, campañas de incentivación al retorno. Los intentos del Gobierno de Rumania para que sus emigrantes vuelvan al país no han tenido, hasta ahora, un efecto visible, aunque aún no existen datos oficiales ya que el Ministerio de Trabajo rumano no los hará públicos hasta final de año, según apuntó el cónsul de Rumania en Castellón, Liviu Popa. Pero lo que no parecen haber logrado estos incentivos puede provocarlo la actual situación de crisis en España.

Son varios los indicios que apuntan a que los inmigrantes rumanos están empezando a plantearse el retorno. Petre Roman, ex presidente y actual Alto Comisionado de Rumania para la Emigración, apuntó esta misma semana, en una visita a la capital de La Plana que "ya son más los que vuelven". Castellón ha acogido en los últimos años a unos 45.000 rumanos.

La Universidad Vasile Goldis ofrece formación a buen precio

Los sueldos son uno de los motivos que frenan a la hora de optar por el retorno. Sin embargo, Roman indicó que, en Bucarest, las ofertas de trabajos especializados en la construcción están alcanzando los 1.500 euros, mientras que, para los puestos de mano de obra no especializada se recurre a trabajadores de China, Armenia o Pakistán. Pero la construcción no es la única posibilidad. "Cada día hay ofertas para los servicios de correo, para directores de bancos, para ingenieros o maestros", asegura Popa.

La idea del regreso está presente en la mayoría de los inmigrantes. Y la necesidad de formación, tanto si se quedan como si vuelven, ha movido a cerca un centenar de rumanos a matricularse en la Universidad Vasile Goldis, un centro a distancia que imparte dos licenciaturas gracias a la Asociación de Inmigrantes de Países del Este y al empeño de ésta, con Ángel Placsintar a la cabeza, de dar una oportunidad a la formación. La asociación media entre la universidad rumana y los estudiantes. Profesores rumanos viajan dos veces al año a Castellón para examinar a los alumnos.

De momento ofrece las licenciaturas de Ciencias Económicas y Administración Pública. La Vasile Goldis es una universidad privada pero el precio anual se limita a 600 euros, que los estudiantes pueden abonar en los plazos que les permitan sus posibilidades. También en esta universidad la idea del retorno es visible. Dos de las alumnas que el año pasado finalizaron el curso a distancia han regresado a Rumania y realizarán allí el segundo curso. "También hemos recibido solicitudes de información que no se han formalizado porque están planteándose el retorno", dice Placsintar.

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