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Análisis:11 Congreso del PSPV-PSOE
Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

¿Proyecto, equipo, líder?

Leire Pajín abrió el 11 Congreso del PSPV con un pronóstico: "Vamos a decepcionar a quienes busquen el lío interno", al que añadió el deseo de que el cónclave de los socialistas valencianos se centrara en el debate de las ideas. Visto el resultado, su futuro como profeta es incierto, aunque sus anhelos se cumplieron sobradamente, pero no en la línea que a ella le hubiera gustado.

Vale recordar que Pajín, pese a que lo niegue, ha sido una de las máximas impulsoras de la plataforma Socialismo y Ciudadanía que ha llevado a Jorge Alarte hasta la secretaría general del PSPV. Y no hay que olvidar que las prioridades de este grupo de presión fueron, así y por este orden, proyecto, equipo y líder. Concluido el congreso, no está de más repasar en qué han quedado estos objetivos.

Si falla el proyecto, el equipo y el líder, siempre quedarán Leire Pajín y Blanco

- El proyecto La ponencia política, pese a su falta de ambición, representaba un tímido intento de modernización ideológica de una organización cada vez más alejada de la sociedad. Los esencialistas, al grito de País Valencià!, País Valencià, y Som d'esquerres!, Som d'esquerres!, impidieron ese mínimo avance y, además, borraron del texto de la ponencia el diagnóstico de la realidad socio-económica de la Comunidad Valenciana. Tanto les molestaba que decidieron suprimirla. Una regresión a los ideales de 1977 sin que nadie lo impidiera. Ángel Luna, el ponente, fue machacado por una mayoría sin que nadie acudiera a socorrerle. Del proyecto del nuevo secretario general nada se supo durante el precongreso porque nada dijo. De las propuestas de la plataforma que le aupó tampoco hubo noticias, salvo la presencia de Ciprià Ciscar que poco pudo hacer. Los delegados de la mayoría, exigua, pero mayoría al fin y al cabo, desertaron del debate de las ideas. Estaban en otra cosa.

- El equipo La segunda gran pata sobre la que el entorno de Leire Pajín apuntaló el futuro del PSPV fue el equipo. Más importante que el líder, sostuvieron durante todo el tiempo, era el equipo. Un conjunto de hombres y mujeres jóvenes, con experiencia política y que visualizarían el cambio político que los socialistas iban a imprimir a sus políticas para recuperar el terreno perdido. Ayer se vio el equipo que, efectivamente, representa un cambio generacional. Y también se comprobó que Alarte había asumido todas las hipotecas que ha ido acumulando durante este tiempo. Habrá que esperar un tiempo prudencial para evaluar si esa juventud está sobradamente preparada, como decía el anuncio, para hacer frente a todos los retos que tiene por delante. Zapatero les vio con muchas ganas de hacer cosas. Faltaría más. Ahora queda por ver su eficacia y sus ideas.

- El líder La primera intervención de Jorge Alarte despertó la expectación de las cosas nuevas. Como nada había dicho durante el precongreso, nada se sabía de sus proyectos ni de sus ideas. Menos aún de sus compromisos ideológicos. Durante el debate de la ponencia fue imposible saber qué pensaba él o quienes le representaban. En parte es comprensible. El nuevo secretario general del PSPV contó con el apoyo de la plataforma Socialismo y Ciudadanía -de la que tampoco se supo nunca muy bien qué pensaba del socialismo ni de los ciudadanos- porque nadie quiso aceptar ese reto.

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Su posición no era la más cómoda. De ahí que pareciera plausible que en el discurso de clausura del congreso diera alguna pista sobre cómo pensaba recuperar la confianza de la sociedad para imponerse al PP. Vana esperanza. Alarte ofreció un discursito improvisado, mal hilvanado y plagado de tópicos. Nada se le conocía de sus ideas antes de su elección y ninguna se le conoce ahora que es el líder del PSPV.

Habrá que esperar. Todo dirigente político tiene derecho a un cierto periodo de gracia. Pero el 49% de los delegados que no le votaron y el PP no van a estar muy por la labor de concederle ningún beneficio.

Alarte va a tener que espabilar a toda mecha. El debate ha devuelto al PSPV a las ideas de 1977, el equipo está por hacer y en política no hay pretemporada. Y el líder...

Pero si todo falla al PSPV siempre le quedarán Leire Pajín y José Blanco. Lo dijo el propio Alarte: Son unos expertos en el socialismo valenciano.

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