Rus da marcha atrás y retira el dinero de la fundación fantasma
La Diputación de Valencia había aprobado una subvención de 300.000 euros
Al presidente de la Diputación de Valencia, Alfonso Rus, no le preocupó ni mucho ni poco desairar al vicepresidente segundo del Consell y consejero de Economía, Gerardo Camps. El pleno de la corporación provincial debatía la concesión de una subvención de 300.000 euros a Gestión y Eficiencia Empresarial, una fundación fantasma sin apenas actividad, con dos empleadas y una página web que lleva dos años en construcción, pero que preside el consejero.
La defensa de esta ayuda económica corría a cargo de Isidro Prieto, ex alto cargo de la Consejería de Economía y bien relacionado con Gerardo Camps. Prieto, presidente del patronato de turismo, Valencia Terra i Mar, intentó explicar ayer, en el pleno de la Diputación, en qué se iban a invertir los 300.000 euros que la corporación provincial había aprobado en una comisión informativa. Pero sus esfuerzos fueron en vano.
El diputado popular contó que ese dinero es el que el patronato pensaba destinar a las mancomunidades de La Ribera y La Serranía para realizar actividades de promoción turística. Prieto quiso dar por sentado que la fundación fantasma entraba justo ahí, pero la oposición le hizo profundizar en su explicación y fue incapaz. No supo detallar qué pintaba una entidad cuya única actividad está vinculada al Servicio Valenciano de Empleo, con las actuaciones de promoción turística de La Ribera y La Serranía. Y se armó un alboroto en el pleno.
Alfonso Rus cortó por lo sano: "Si el problema es la fundación, ya no hay fundación". Y los 300.000 euros se quedaron en la Diputación. El portavoz socialista, Rafael Rubio calificó de "rastrera y mentirosa" la actitud de Prieto.
Fue Rubio quien denunció que Isidro Prieto pretendía transferir 300.000 euros del presupuesto de la Diputación a Gestión y Eficiencia Empresarial tras una modificación del presupuesto que se aprobó el pasado 2 de febrero. El presidente de Terra i Mar justificó su decisión en que mancomunidades y asociaciones de hosteleros se beneficiarían de ese dinero, cosa que no era cierta. El expediente sólo expresaba la concesión de 300.000 euros a la fundación para hacer no se sabe qué.