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Safari Park de El Verger cierra tras perder un 60% de clientes

A finales de los años setenta en El Verger apostaron por atraer nuevos visitantes con una oferta que hizo historia: un paraíso zoológico con animales procedentes de casi todo el planeta que vivían al aire libre. Así, nació el Safari Park de El Verger, que prosperó con los años: fue visitado por miles de turistas y centros escolares y llegó a contar con 1.500 ejemplares de fauna diversa. Esta semana, cuando en el recinto aún permanecían 460 animales pertenecientes a 70 especies diferentes, el Safari Park echa el cierre. Salvo milagro, será definitivo.

La crisis y la dura competencia de parques temáticos más modernos enclavados en Benidorm o Valencia han podido con el Safari Park, que en los últimos seis años había perdido el 60% de sus visitantes. Se trata de una pésima noticia para La Marina Alta, toda vez que el recinto se encontraba en un lugar estratégico, junto a la N-332 y era una fuente de ingresos para poblaciones cercanas como El Verger, Pego, Ondara o incluso Dénia. Además, los 23 trabajadores del Safari serán sometidos a un expediente de regulación de empleo. Otra incógnita es el futuro uso que se dará a estos terrenos de 35 hectáreas localizados en el área de protección del parque natural del Marjal de Pego-Oliva.

Ahora llega la operación de desmantelamiento. Será dura. A los animales, que aún se encuentran en el parque, habrá que buscarles un nuevo destino. Pero primero será necesario someter a algunos de ellos, como a los dos elefantes, a una prueba de consanguinidad, no vaya a ser que sean parientes de los ejemplares que encuentren en su futuro zoológico de acogida. También se les deberá adiestrar para que sean capaces de permanecer en su jaula durante el traslado, ya que están acostumbrados a vivir en libertad.

A los pájaros habrá que cazarlos. En el Safari Park también permanecían tres hipopótamos, dos jirafas, cuatro dromedarios, tres búfalos de agua, un rinoceronte, cuatro leones o 15 tigres. Un ejemplar de tigre de bengala atacó y mató en 1999 a una pareja de ancianos alemanes que se habían bajado del vehículo obviando todas las medidas de seguridad.

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