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Sanidad y Alcoi vuelven a verse desbordados por la legionela

Tras casi cuatro años de tregua la bacteria regresa con dos brotes en dos meses

A mediados de julio y, de nuevo, a finales de septiembre, una vieja conocida ha vuelto a asomarse por las calles de Alcoi para desgracia de sus sufridos vecinos. La legionella pneumophila reaparecía después de casi cuatro años de ausencia. Ha causado ya una decena de contagios -incluido el de una persona con problemas previos de salud que falleció- en el primer brote y una veintena en el segundo.

La historia se vuelve a repetir. En 10 años ha habido ya 15 brotes en esta ciudad. Desde que en septiembre de 1999 se registrara el primero ha habido medio millar de afectados, una decena de los cuales han fallecido por complicaciones relacionadas con el microorganismo.

¿A qué se debe esta repetición de casos? ¿Se ha de resignar la ciudad a esta convivencia forzosa con la bacteria? Especialistas en salud pública consultados por este diario rechazan el fatalismo de que no haya más remedio que soportar esta reincidencia de casos. Y apuntan hacia dos causas para explicar la situación: "El deficiente control de los riesgos sanitarios" por parte de las administraciones públicas en la localidad, y la necesidad de aumentar las inspecciones con el despliegue de una estructura estable y experimentada en la zona.

Los especialistas apuntan a la falta de control de los riesgos sanitarios
Aún no se ha localizado el foco de contagio de los últimos casos
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Hay diversos factores que elevan el riesgo de que la bacteria se transmita a la población. Y es cierto que algunos de ellos se dan cita en Alcoi, como apunta la Consejería de Sanidad para explicar la repetición de brotes.

Es el caso de la especial orografía de la ciudad: una hoya montañosa con un régimen de vientos muy escaso, lo que provoca que el vapor de agua en suspensión, en el que se traslada el microorganismo, pueda quedar suspendido en el ambiente durante largo tiempo. También influye la estructura mixta urbano-industrial, con instalaciones de riesgo de zonas fabriles que han estado en contacto con la población hasta que se cerraron en 2005. O las condiciones climáticas del Mediterráneo, con elevadas temperaturas a lo largo de buena parte del año que favorecen el crecimiento y la multiplicación del microorganismo. Sin embargo, los especialistas consultados destacan que también se han dado fallos en las medidas de control que se vienen repitiendo desde el principio y que han demostrado en varias ocasiones la falta de capacidad de proteger adecuadamente a la población.

Primero las fuentes de contagio estuvieron vinculadas a los equipos de refrigeración y humidificación de las fábricas. Tras unos años en los que las autoridades, fundamentalmente municipales, fueron incapaces de imponerse y controlar adecuadamente los equipos de riesgo -se descubrieron instalaciones clandestinas en fábricas para esquivar las inspecciones-, hace unos cuatro años se cerraron o trasladaron estos equipos.

Desde entonces la situación se consideró normalizada, hasta el punto de que se volvieron a activar las fuentes y en junio pasado se suprimió la hipercloración del agua de la ciudad, después de 10 años.

Pero pocas semanas después, en julio, la legionela volvió a hacer acto de presencia. En este caso, las máquinas de asfaltado que reparaban la calzada de la ciudad fueron identificadas como el foco del contagio al emplear agua de aljibe infectada y no clorada -a pesar de que también se detectó la bacteria en máquinas de limpieza de la contrata municipal- . Pero, quizás, lo más grave es que a principios de octubre se hicieron públicos nuevos casos correspondientes a un nuevo brote. Y que, a pesar de que aún no se ha identificado el origen de esta nueva acometida, de nuevo se han precintado máquinas asfaltadoras.

Diez años después, y tras un espejismo de casi cuatro años, Alcoi sigue sin poder olvidarse de la bacteria.

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