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Sanidad recurre a médicos extranjeros ante la falta de titulados autóctonos

La Miguel Hernández aboga por modificar el restrictivo sistema de cupos en Medicina

El conservador sistema de cupos vigente en la Universidad respecto a la titulación de Medicina acarrea que el número de profesionales salientes no se corresponda con las necesidades asistenciales reales del sistema público. El déficit de titulados ha abocado a la Consejería de Sanidad a captar médicos extranjeros, esencialmente para las especialidades de anestesia, psiquiatría, pediatría y medicina de familia. La descompensación entre las vacantes sanitarias y los titulados es admitida por la Universidad Miguel Hernández, que aboga por modificar el sistema de cupos.

Al tapón universitario se une la fuga de médicos a la privada por los mejores sueldos

El Servicio Valenciano de Empleo (Servef) incluye ahora la profesión de médicos pediatras en el habitual contingente que cada cuatro meses publica en demanda de mano de obra extranjera para cubrir determinados oficios y profesiones ante la carestía o la carencia de personal nacional cualificado. Esta falta de facultativos para algunas especialidades del sistema sanitario público ha pasado a ser un problema estructural que obliga a la Consejería de Sanidad a captar médicos extranjeros.

Frente a la falta de facultativos, las universidades siguen frenando el número de titulados en medicina en sus distintas especialidades. La Universidad Miguel Hernández reconoce que el número de titulados salientes en medicina no responde a las necesidades reales del mercado laboral y apuesta por modificar el actual y restrictivo sistema de cupos para estas especialidades.

La ausencia de médicos en algunas especialidades, esencialmente anestesistas, psiquiatras, pediatras y médicos de familia, está acarreando auténticos quebraderos de cabeza al sistema público sanitario de la Comunidad Valenciana. Un asunto en absoluto baladí. En la práctica, por ejemplo, la falta de anestesistas priva a muchas mujeres de su derecho a recibir la anestesia epidural para aliviar el dolor en el alumbramiento. Durante años, hospitales como el de Elche la han excluido de su cartera de servicios, circunstancia que, incluso, ha llevado a mujeres afectadas a crear una plataforma para exigir este derecho. Esta exclusión ha motivado la intervención del Síndic de Greuges, que ha denunciado esta situación en múltiples informes. Además, según alerta el responsable de comunicación de CC OO en la comarca de L'Alacantí, Salvador Roig, en algunos períodos, sobre todo los vacacionales, la programación de los quirófanos se resiente considerablemente ante la falta de anestesistas. "Actualmente, hay un tremendo desfase entre los médicos que salen y las necesidades asistenciales", advierte Roig.

El presidente del Consejo Autonómico del Colegio de Médicos, Ricardo Ferré, es también una de las voces acreditadas que llevan tiempo advirtiendo de esta descompensación entre facultativos y las vacantes sanitarias en el sistema público de salud valenciano. Para él, las causas que motivan la escasez de médicos son múltiples. Primero, el "tapón" de las universidades, que impiden promociones de licenciados más nutridas; segundo, los "ajustados" sueldos, así como las largas y estresantes jornadas de los médicos, que les empuja abandonar el sistema público nacional en pos de mejores oportunidades en el extranjero, preferentemente en Reino Unido y Portugal. "Tenemos pocos y los que formamos, encima, se nos van", prosigue el sindicalista Salvador Roig.

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El presidente del colectivo de médicos apunta a otra dirección a la hora de analizar la falta de facultativos en el sistema público: la sanidad privada también se lleva especialistas del sistema público por sus "atractivos" contratos. Según datos facilitados por el Colegio de Médicos en Alicante, en esta provincia hay déficit en especialistas en pediatría, anestesiología, traumatología, ginecología, obstetricia y cirugía plástica.

La limitación que se establece en la formación de licenciados médicos tiene su explicación lógica. Todos coinciden en resaltar lo costoso que resulta formar a los futuros médicos. La vicerrectora de Proyección y Desarrollo Institucional de la Universidad Miguel Hernández (UMH), Juana Gallar, justifica el elevado coste en las 6.000 horas de docencia que recibe cada aspirante a médico durante los ocho años de media antes de iniciar la especialización.

Además, a esto se suman las prácticas que los alumnos tienen que realizar en los diferentes hospitales universitarios. Por ello, los organismos que intervienen en la formación de los futuros médicos procuran "apurar al máximo" el número de especialistas que salen de los centros universitarios, argumenta la vicerrectora Gallar.

Cupo ajeno a la realidad laboral

El propósito de la limitación de estudiantes universitarios en la especialidad de Medicina es doble: por una parte, que no haya excedente de médicos en el mercado laboral; y por otro lado, que los flamantes licenciados no vean frustrados sus objetivos laborales después de 11 años de una disciplinada y espartana formación al contar un amplio abanico de ofertas.

El asunto es "bastante complejo", asevera la vicerrectora del campus de la Miguel Hernández, Juana Gallar. Esta explica que el cupo de aspirantes a médicos por facultades se fijó hace dos décadas y desde entonces se mantiene inamovible, independientemente de las necesidades del mercado laboral. Es aquí donde hace hincapié el dirigente sindical Roig: "No es posible que esto esté ocurriendo en la actualidad. Es necesario llegar a un pacto entre todas las instituciones para solucionar un problema como este. ¿Si las necesidades están detectadas por qué no se empieza a trabajar en la resolución del mismo?".

Y es que la licenciatura de Medicina en sus diferentes especialidades tiene una peculiaridad con respecto al resto de disciplinas universitarias. Hasta dos ministerios, el de Sanidad y el de Educación, intervienen en las decisiones a propósito de este asunto. No obstante, es el primer departamento el competente a la hora de fijar el número de plazas en función de las necesidades del sistema sanitario. El Consejo General de Universidades permite, previa petición de la comunidad autónoma, incrementar o reducir en un 5% el número de estudiantes de una universidad española.

Un caso paradigmático es la Universidad Miguel Hernández, único campus en la provincia de Alicante que oferta la titulación académica de Medicina. El año pasado, la Facultad de Medicina de este campus dejó fuera a 1.700 alumnos que perseguían ser médicos. El centro académico superior sólo ofertaba 103 plazas.

"Es duro dejar fuera a todos estos chavales", señala Gallar. En su opinión, la solución pasaría por redistribuir las plazas de medicina especializada para alcanzar un equilibrio real entre la oferta y la demanda del mercado laboral en el ámbito de la sanidad.

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