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Valencia brilla mucho y ahorra poco

La ciudad está lejos de alcanzar los objetivos de eficiencia energética

Valencia lidera la lista de ciudades españolas con mayor índice de contaminación lumínica. Según el Anuario Estadístico Municipal, la ciudad tendrá que recortar un 40% de su consumo energético en los próximos cuatro años si quiere alcanzar el objetivo del Plan de Eficiencia Energética Nacional diseñado por el Ministerio de Industria.

El plan fija para 2012 un consumo energético por habitante y hora de 75 kilovatios. Actualmente el consumo de cada valenciano es de 128 kilovatios a la hora, casi 40 puntos por encima de la media española que se sitúa este año en 80 kilovatios por hora.

Las 88.000 farolas de Valencia cuestan 6 millones de euros al Ayuntamiento

La concejala socialista Carmen del Río acusó ayer en una rueda de prensa al gobierno municipal, de duplicar, en 12 años, el número de puntos de luz en la ciudad.

Valencia ha pasado de tener 46.000 a 88.000 farolas. Un aumento que conlleva un incremento en el consumo energético urbano de 35.000 kilovatios a la hora con un coste total que sobrepasa los seis millones de euros en la factura de la luz que pagan todos los valencianos.

El número de farolas explica, además, que en Valencia no se vean las estrellas. El incremento desmesurado del alumbrado público se cobró su primera víctima en 1995, cuando el Observatori Astronòmic de la Universitat de València tuvo que abandonar su sede en la Avenida Blasco Ibáñez y exiliarse a Aras de Olmos, a 100 kilómetros de la ciudad.

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Grupos ecologistas consideran la contaminación lumínica un problema de conciencia política y ciudadana. Según los expertos, el derroche de luz no se considera todavía como un elemento contaminante.

Sin embargo, la luz artificial emite gases de efecto invernadero que favorecen el cambio climático, aseguran los ecologistas expertos.

La seguridad de los peatones nocturnos es la baza con la que el Ayuntamiento juega a la hora de planear sus planes de alumbrado. A la vista de frases de la alcaldesa, Rita Barberá, como "la iluminación de Valencia es tan buena que se puede leer por la noche", recogidas por los ecologistas, el freno a la contaminación lumínica no está entre las prioridades del Consistorio.

Desde el grupo socialista se considera posible reducir el consumo eléctrico manteniendo el actual nivel de iluminación. Del Río, instó al Consistorio a cambiar las actuales lámparas de vapor de mercurio por otras de vapor de sodio que duplican el nivel de eficiencia. Según las estimaciones de los socialistas esta medida ahorraría dos millones y medio de euros anuales a las arcas, suficientes para construir cuatro centros de atención a mayores o un centro de salud.

Derroche luminoso

- El valenciano consume 128 kilovatios de energía a la hora, 40 más que el español medio. El consumo por persona debe ser de 75 kilovatios a la hora en 2012.

- Valencia cuenta con un total de 88.366 farolas que suponen el 40% del consumo energético urbano.

- La iluminación urbana [farolas] ha pasado de 34.000 kilovatios a la hora en 1994 a 80.000 en 2007.

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